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El Museo del Cine de Girona exhibe la pasión cinéfila de Terenci

Se muestran por primera vez 275 imágenes de su archivo personal

Los arrebatados sueños cinematográficos de Terenci Moix estaban poblados por luchadores de torsos musculosos, sensuales heroínas románticas y exóticos paisajes orientales en Tecnicolor. La exposición Terenci Moix. Una passió pel cinema, que puede contemplarse en el Museo del Cine de Girona hasta el 12 de junio, reúne por primera vez unas 275 imágenes del archivo del escritor.

Fotografías, carteles, programas de mano y lobby cards -fotografías para carteleras- configuran un recorrido lleno de magia y glamour. La exposición, de la que es comisaria Inés González, que fue secretaria del escritor, respeta la personal diferenciación en géneros que usó éste en los libros de la serie Mis inmortales del cine. Así, en el ámbito Orientalia destacan los carteles y fotografías de la mítica película Las mil y una noches y otros filmes de ambientación exótica, cuyo espíritu carnavalesco y kitsch apreciaba Moix. Los Tarzanes, con Johnny Weissmuller como icono indiscutible del erotismo masculino, merecen capítulo aparte. La sección Forja de tentadoras diosas del amor, integrada por fotografías poco corrientes que Moix adquiría con devoción, es una exhibición exultante de sensualidad y belleza hollywoodiense. En el apartado Beefcake aparece el poderío musculoso del macho man. Es la "primavera de la carne", según el escritor. Del actor Steve Reeves, dice Moix que "se convirtió en divinidad tutelar de los onanistas de medio mundo". También tienen su espacio el cine histórico, el melodrama, el peplum -películas de romanos y griegos- y el melodrama.

En la inauguración de la exposición, celebrada ayer coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte del escritor, Romà Gubern, historiador del cine, recordó que Moix "hizo su educación sentimental con el cine", aunque advirtió de que también existió un Terenci menos fetichista que se interesó por el cine minoritario. "Otras cosas le fueron mal, pero el cine no le falló nunca. Era su bálsamo", dijo Gubern. Ana María Moix admitió que la exposición parecía reproducir las habitaciones de la casa de su hermano, siempre repletas de fotos y carteles. "Vivía entre imágenes y tenía siempre encendida una tele con una película en cada habitación", recordó. Paco Baena, experto en iconografía cinematográfica, aseguró que la exposición demuestra que Moix "siempre tuvo alma de niño".

La exhibición incluye un audiovisual con escenas de las películas más representadas en ella, intercaladas con fragmentos del programa Más estrellas que en el cielo, que Moix presentó y dirigió en TVE entre 1989 y 1990. Peter O'Toole, Joan Collins, Lauren Bacall y Kirk Douglas fueron algunos de sus invitados estelares.

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