Ranieri lleva al Valencia a juicio por la rescisión de su contrato
El Valencia y Claudio Ranieri se verán las caras en los tribunales después de que el club y su ex entrenador no llegaran ayer a un acuerdo por el finiquito del técnico, despedido hace un mes. Los abogados de ambas partes se reunieron en un acto de conciliación sin encontrar una solución. Ranieri exige "todo lo pendiente hasta 2007", cuando acababa su contrato con el Valencia: 8,1 millones de euros. El club le ofrece la mitad. El abogado de Ranieri, Juan de Dios Crespo, presentará hoy una demanda en el juzgado de lo social para reclamar la indemnización.
"Estamos muy lejos de un acuerdo", afirmó ayer el abogado del Valencia, Eduardo García, "no vamos a pagar el cien por cien del contrato. Tendrá que ser un tribunal el que dictamine la cantidad a pagar. No es un cese caprichoso, hay argumentos que lo justifican". Ranieri admitió que no había sabido "motivar a los jugadores" y el Valencia se escuda en su reconocida incapacidad para pagarle menos. "Si no hace bien su trabajo, se puede rescindir el contrato", explicó ayer García. El Valencia y Ranieri disponen de unos dos meses antes del juicio para acercar posturas, algo improbable.
En sólo 10 meses, el club ha acumulado denuncias de sus dos últimos entrenadores, Rafa Benítez y Ranieri, en los tribunales. Benítez demandó al Valencia el pasado verano por adeudarle parte de la ficha y primas -el técnico ganó el juicio- y el club le denunció por incumplimiento de contrato. Este último juicio se celebrará en junio, y puede coincidir con el de Ranieri. La denuncia del italiano obliga al Valencia a presentar un aval a la Federación Española por la cantidad exigida para mantener la licencia de Antonio López, sustituto de Ranieri. Antenuzzi y Pellizarro, ayudantes del ex técnico, solicitan cobrar el 70% de sus contratos, mientras que las negociaciones con el preparador físico, Roberto Sassi, están más avanzadas.
Por otra parte, el medio Sissoko regresó ayer a Valencia tras los graves incidentes en Bamako después de la derrota (1-2) de su selección, Malí, ante Togo en la clasificación para el Mundial de 2006. Los jugadores locales fueron retenidos en el hotel debido a la furiosa reacción de sus seguidores.
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