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Antonio Vega vuelve con un emocional 'Tres mil noches con Marga'

El ex miembro de Nacha Pop se autoproduce y toca gran parte de los instrumentos

Diego A. Manrique

El ex miembro de Nacha Pop nunca ha sido un autor prolífico y su reaparición discográfica siempre es una buena noticia. Otra novedad es que en Tres mil noches con Marga (EMI) se autoproduce y toca gran parte de los instrumentos, lo que permite disfrutar de su poderosa guitarra en canciones de gran pegada melódica y emocional. El título refleja que el impulso creativo llegó tras el impacto del fallecimiento de Marga del Río, "la mujer que redibujó mi sonrisa y llenó mi corazón cuando parecía un espacio condenado a quedarse vacío".

Con la mirada baja y unas manos abundantes en heridas, Vega se enfrenta tranquilo a la respetuosa curiosidad de los periodistas: "He sido muy afortunado en muchas cosas, incluyendo el hecho de que la prensa nunca se haya mostrado ácida o intransigente conmigo". Como siempre, su discurso es lógico y flexible. No aprovecha para vender Tres mil noches con Marga como "Antonio Vega puro", tal como están afirmando sus seguidores: manifiesta respeto por los productores de sus anteriores -"aunque hubo discos poco o nada afortunados"- y dice que no tendría inconveniente en volver a ponerse a las órdenes de alguien. En este caso, "controlarlo todo era una necesidad emocional y musical, aunque eso suponía tirarme demasiados meses encerrado en el estudio. No iba a romper mi línea, pero quería reflejar algo de mi formación: los guitarristas de blues, la psicodelia, los grupos de rock progresivo, lo que oía antes de que llegara la new wave a Madrid". Algunas de las ideas musicales de Tres mil noches con Marga vienen de los cajones donde guarda todo tipo de ocurrencias, "aunque todas las letras son nuevas, es algo que me obsesiona y le doy mil vueltas. Soy hipercrítico con los textos y más en este caso, cuando estaba el recuerdo de Marga".

Siente la urgencia de tocarlas en concierto con su banda, ahora reforzada por Alberto Zapata: "Ya somos tres guitarristas y eso me permite recuperar material que rara vez he sacado al escenario". El directo es la medida de lo que hace: "Las cifras de venta de un disco me parecen una abstracción, son unos signos sobre un papel, y más ahora, con la piratería. Lo que importa es cuánta gente ha venido a verte esa noche y el aforo de las salas que te llaman. Estamos aquí para disfrutar de la vida y para aportar algo a la vida de los demás. Eso lo aprecias directamente tocando".

Lejos de la imagen de tipo huraño, Antonio explica que está abierto a colaboraciones y proyectos ajenos: "Evito las propuestas mercantilistas, pero, si puedo hacer mía una canción y el entorno del disco es agradable, allí estaré. Participo en Samba pa' ti, ese saludo a Brasil de los artistas españoles. Pero luego hay otras invitaciones que acepto y no puedo cumplir. Por ejemplo, me llamaron para el disco de homenaje a Javier Krahe, que es una persona encantadora, y terminé echándome atrás: no me veía cantando algo tan sarcástico como lo que me habían reservado".

Por el contrario, aplasta cualquier especulación de revivir Nacha Pop: "Entiendo ese deseo general, pero no me imagino viviendo del pasado. Cuando se editan cosas como ese DVD que recoge nuestros conciertos finales, comienza a crecer la bola y siento que se me plantea la obligatoriedad de reunirnos. Hombre, sería bonito comprobar cómo sonaría Nacha Pop en 2005. Pero, en cierta forma, lo que acabo de editar es Nacha Pop de la cosecha 2005. Y hecho con toda la libertad posible, sin pensar en llenar grandes locales".

Antonio vive ahora solo en Madrid, con su amado telescopio: "Tocar música te permite la ilusión de la eterna juventud, pero lo que más me hace recordar el paso del tiempo es que estoy perdiendo vista, que cada vez me cuesta más escudriñar el cielo". No pierde mucho tiempo en Internet, "aunque a veces entro en algún foro dedicado a mi música, para conversar con los chavales". Su consumo cultural no sigue el ritmo de la actualidad: "Acabo de leer El péndulo de Foucault, prefiero dejar que los libros reposen un tiempo después de comprarlos".

Antonio Vega.
Antonio Vega.JERÓNIMO ÁLVAREZ
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