¿Tiene arreglo Marbella?

Nuevamente mi pueblo es noticia a nivel mundial, no por lo que quisiéramos los marbellíes, sino por todo lo contrario.

En algo nos hemos equivocado y no vale esconder la cabeza debajo del ala, ni mirar hacia otro lado. Debemos analizar el por qué de esta situación, para que a través de este análisis empecemos a corregir errores y nos convirtamos nuevamente en la vanguardia del turismo europeo y en una de las locomotoras económicas de Andalucía. Todo parte, a mi juicio, de la irresponsabilidad de los gobernantes municipales que hemos tenido en los últimos 14 años. No se puede utilizar la democracia para construir una ciudad donde las leyes sean sustituidas por el deseo y antojo del más votado, aprovechándose de la lentitud de nuestra justicia. No se puede construir una ciudad donde todo se vende a la carta, y es cuestión de no tener reglas de juego, para poner las reglas que se me antojen. Esta abolición de las reglas ha supuesto, en la práctica, la llegada de capitales que en gran medida son de dudosa legalidad. Esta irresponsabilidad fomentada, alentada, por nuestros gobernantes municipales han traído esta tormenta que vivimos hoy.

Esto no hubiese sido posible sin la participación, ya sea por práctica, omisión o desentendimiento de funcionarios, arquitectos, promotores, abogados, que han acudido a un panal de rica miel y, por supuesto, a los votos de los ciudadanos, que elección tras elección, hasta cuatro seguidas, han elegido libremente esta forma de entender el gobierno municipal.

Es hora de pensar hacia dónde vamos y reflexionar sobre lo que ha ocurrido en nuestro bello pueblo. Llegaremos a la conclusión que nuestro voto es fundamental y no podemos permitir, ni una vez más, lo que están haciendo con él. También los partidos deben reflexionar, el primero el mío. Debe preguntarse por qué durante cuatro elecciones encabezó la lista una persona que nada tenía que ver con esta ciudad.

El PP debe preguntarse por qué el 20 de junio de 1998 sus representantes en la comisión provincial de Urbanismo votaron a favor del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que presentó Jesús Gil, plan que en la práctica ha sido el albacea de todas las ilegalidades posteriores, afortunadamente hoy ilegalizado. Espero que estas reflexiones nos lleven a la conclusión de que Marbella tiene una pronta solución, de que gracias al esfuerzo de todos podamos poner a esta joya de Andalucía en el sitio que se merece.