_
_
_
_

El Gobierno del PP desechó por irrelevantes en 2002 grabaciones de Huarte con Bensmail

Instituciones Penitenciarias sólo conserva la reseña de una carta de 2003 y la conversación de 2004

Las conversaciones y contactos mantenidos antes del atentado del 11-M entre el preso islamista argelino Abdelkrim Bensmail, vinculado al grupo terrorista GIA, y el militante socialista Fernando Huarte, presidente de la ONG Asociación Nacional Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, fueron grabadas, como se hace con carácter rutinario con todos los internos por terrorismo, y desechadas por "irrelevantes" para la investigación judicial o para la seguridad del Estado. Estos hechos ocurrieron en 2002, cuando era ministro del Interior Ángel Acebes, actualmente secretario general del PP.

Más información
Astarloa y Acebes fueron avisados por el servicio secreto
Un concejal del PP se reunió el 11 de marzo con dos islamistas encausados por los atentados

La Dirección general de Instituciones Penitenciarias, dependiente del ministro del Interior, no consideró oportuno trasladar a la policía o al juez el contenido de las conversaciones que, en marzo y abril de 2002, mantuvo el socialista Fernando Huarte con Abdelkrim Bensmail, interno en la cárcel de Villabona. Al contrario, destruyó las cintas o las regrabó, según fuentes conocedoras de esos hechos.

Por esa razón, a pesar de que el PP ha solicitado que se facilite toda la información sobre esos contactos y el PSOE ha propuesto que se conozca el contenido de dichas conversaciones a través de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, nada hay que pueda arrojar luz sobre cualquier prolegómeno del atentado del 11 de marzo 2004, que costó la vida a 191 personas.

Lo único que conserva la Dirección General de Instituciones Penitenciarias es la reseña sobre una carta de junio de 2003 cuyo contenido sólo versa de "cuestiones domésticas o cotidianas", en ningún caso valiosas para la investigación judicial, así como la conversación entre ambos grabada hace sólo unos meses, en octubre de 2004, y conservada por orden del actual equipo del Ministerio del Interior.

Por motivos relacionados con la seguridad del Estado, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias interviene todas las comunicaciones (vis-à-vis, comunicaciones telefónicas, cartas, etc.) de los presos por terrorismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Bajo el mandato del PP, se destruían todas las conversaciones cuyo contenido fuera irrelevante, bien desprendiéndose de las cintas o regrabándolas. En caso de que encontraran en las grabaciones elementos valiosos para la lucha antiterrorista se trasladaban de inmediato a la policía y al juez, pero la Administración del PP no hizo esto en ninguna de las dos ocasiones en que Huarte visitó en prisión al islamista, por lo que sorprende más que los responsables populares, entre los que se encuentra el propio ex ministro Acebes, aseguren ahora que no sabían nada de esos contactos y los considere primordiales para esclarecer el 11-M.

Viaje a Israel

La única grabación que se conserva es la correspondiente a la visita que Huarte hizo a la prisión siete meses después del 11-M y sólo días antes de que el juez Garzón imputara a Bensmail por su implicación en una célula terrorista que planeaba volar la Audiencia Nacional. La conversación versó sobre los últimos viajes realizados por Huarte a Oriente Próximo y las dificultades que la policía israelí le ponía para moverse por esa zona.

Según fuentes conocedoras de la conversación, Huarte aludió también a que sus comunicaciones estaban intervenidas por los israelíes y mostró su comprensión por la causa árabe, pero en ningún momento hablaron de actividades terroristas ni se refirieron al 11-M. En dicha conversación, Huarte expresó su abierto rechazo a ETA.

En uno de los bolsillos del preso islamista se encontró una nota con el nombre de dos dirigentes de ETA, aunque los servicios de Seguridad de Instituciones Penitenciarias negaron que mantuviera relaciones con los reclusos etarras.

Bensmail estaba muy relacionado con uno de los supuestos jefes del comando del 11-M. Se trata del también argelino Allekema Lamari, excarcelado en junio de 2002 por un error de la Audiencia Nacional agravado por el retraso en la comunicación de una sentencia por el Tribunal Supremo. Desde su excarcelación, Lamari se preocupó por lo que denominaba "sus hermanos", entre ellos Bensmail, a quien en ocasiones envió dinero a través de un sirio que regentaba una pollería en Valencia.

Huarte visitó dos veces en prisión a Bensmail en 2002. En 2003 tan sólo hubo una carta entre ambos y algunas conversaciones telefónicas. En 2004 sólo quedó registrada la visita de octubre.

Huarte asegura que fue Bensmail, detenido en 1997 junto a Lamari y condenado en 2001 por pertenencia al Grupo Islámico Armado (GIA), quien contactó con la ONG que preside para recibir ayuda humanitaria. Huarte le consiguió a Bensmail, según su testimonio, una cita con el dentista, algunas revistas en árabe y le llevó a la cárcel ropas y otros objetos personales. Huarte mantiene que nunca habló con él de los atentados del 11-M o de ETA.

Por otra parte, para el próximo martes el Grupo Parlamentario Socialista probablemente ya tendrá la decisión sobre cómo abordar la información que quiere facilitar al resto de los grupos sobre las conversaciones entre Bensmail y Huarte en la cárcel de Villabona.

En principio la dírección del Grupo Socialista prefiere que el marco sea la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso. La razón es alejar este episodio del 11-M porque Bensmail no estaba en prisión por el atentado de Madrid sino por su pertenencia al Grupo Islamista Armado (GIA) por lo que está preso desde 1998.

Fernando Huarte posa junto a un retrato del líder palestino ya fallecido Yasir Arafat.
Fernando Huarte posa junto a un retrato del líder palestino ya fallecido Yasir Arafat.EL COMERCIO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_