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Crítica:TANGO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La palabra

"El tango es un turbio pasado irreal que de algún modo es cierto". Fueron sus primeras palabras. Y el primer tango de la noche, Ventarrón, ese que habla de tauras, hombres valientes y varoniles. Cantó, recitó, interpretó, recordó, evocó... Susana haciendo de Susana. Cien por cien Rinaldi.

Llega el tango con la voz sola, como dice ella, para contar un destemple de sociedad todavía hoy. Con los versos a capella de Patio mío. Aníbal Troilo, Pedro Mafia o Astor Piazzolla en la música, y las letras de Cátulo Castillo, Eladia Blázquez o Borges. Y Discépolo, claro, "Si yo tuviera el corazón...". Espacio para un tango más arrabalero y canalla que el que abordaba en su espectáculo El ayer, el hoy y el todavía, charla ilustrada que reivindica a la mujer en el desarrollo del tango. Pedagogía siempre hay en una Susana Rinaldi que gusta de compartir vivencias (al menos, las públicas).

Susana Rinaldi

Susana Rinaldi (voz), Juan Carlos Cuacci (dirección musical, arreglos y guitarra), Juan Esteban Cuacci (piano), Mike Augustsson (bandoneón) y Horacio Fumero (contrabajo). Galileo Galilei. Madrid, 22 de marzo.

Su recital, por una vez, le servía de presentación de disco: Susana Rinaldi en el Lope de Vega de Madrid. Se publica por la tozudez de quien no ha querido que su parte de aquel jugoso encuentro con Martirio quedara escondida para siempre. Por eso hubo copla. Te lo juro yo, de León y Quiroga, y La bien pagá. Uno de los porqués de que se haya ninguneado aquí a la copla, igual que ha provocado rechazo el tango, lo aventuró hace unos días a la prensa: parece que pertenece a aquella época en que los españoles eran pobres y no quieren acordarse.

Susana Rinaldi se sabe portadora del idioma español, afortunado instrumento con el que se canta el tango y la copla, también el bolero. Como hace un año en el teatro, la acompañaron los dos Cuacci; Lila Horovitz, aunque estaba en el local, le dejó el contrabajo a Horacio Fumero debido a su avanzado estado de gestación, y un joven sueco le ha agarrado el bandoneón a Walter Ríos.

Tiene 69 años. Hay que decirlo con admiración. Porque aún atesora ese apasionamiento esperanzado y comprometido y anda sobrada de facultades. Dejó una apabullante interpretación de Naranjo en flor. No sólo se impone su voz, se impone la palabra.

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