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Reportaje:

Experiencia del futuro

La trayectoria de José Vicente González, próximo presidente de la CEV, revela el valor de la innovación en el mercado global

La trayectoria de José Vicente González, candidato oficial a la presidencia de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), avala su intención de aportar aire nuevo a la dinámica de la patronal provincial de Valencia.

Nació el día de San José de 1946 en Valencia. Culminó sus estudios en la histórica escuela de peritos industriales, una titulación equivalente al actual Ingeniero Técnico Industrial.

Se vinculó a GH Industrial, una empresa familiar fundada en Valencia en 1961, como aprendiz para hacer sus primeras prácticas. La firma familiar (Gurrea Hermanos) se especializó desde 1964 en la producción de maquinaria de calentamiento por inducción, máquinas de uso industrial destinadas al temple de piezas metálicas, la forja y estampación de materiales, o algunos tipos de soldadura específicos para fabricar aparatos de alumbrado, equipos de refrigeración o piezas mecánicas de automóvil.

El negocio creció. GH Industrial se convirtió pronto en el primer fabricante español en su especialidad. La sociedad familiar se transformó en anónima en 1975. Dos años después levanta una planta de producción en San Antonio de Benagéber y empieza a exportar parte de su producción.

General Motors instaló en Cádiz en 1982 una planta para fabricar componentes para la dirección y suspensión de automóviles. GH Industrial fue seleccionada como proveedora de la maquinaria industrial.

El contrato con la gran multinacional fue un espaldarazo definitivo. GH Industrial estableció en 1985 su propio departamento de Investigación y Desarrollo. Sólo dos años después, la firma registra su primera patente. Los generadores de inducción a transistores, capaces de alcanzar altísimas potencias de calor muy deprisa, constituyen un salto tecnológico que permite la expansión internacional de la empresa.

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Elin Energieanwendung, una filial del más importante grupo industrial austríaco, se fusiona con GH Industrial. Nace el Grupo GH. El equipo directivo de la firma original, con José Vicente González a la cabeza, asume la expansión internacional de todas las actividades relacionadas con el calentamiento por inducción.

La división que gestiona González establece filiales de ventas y mantenimiento en Alemania, Benelux, Liechtenstein y Finlandia. En 1993 adquiere la mitad de una compañía coreana especializada en la fabricación del mismo tipo de maquinaria.

El periplo es interesante, pero el gigante industrial austriaco "era demasiado grande", comenta González. Y probablemente torpe.

El equipo original que dirige José Vicente González mantiene la cohesión suficiente para afrontar la aventura. Logra apoyo de tres grupos de capital riesgo y lanza una oferta de compra sobre todo el Grupo GH.

González se convierte en presidente de GH Electrotermia en 1996, sociedad matriz de todo el Grupo GH. Se abren nuevas filiales en la India, en Brasil, en México, en Argentina y en Francia.

La corporación industrial IBV, formada por Iberdrola y BBVA, toma el capital que aportaron inicialmente los fondos de riesgo en 1999.

La empresa se mueve a ritmo de crucero y González asume la presidencia del instituto tecnológico del sector de metal (AIMME) en 2000.

Antonio Almerich, su predecesor al frente de Femeval, cumplió mandato en diciembre de 2001 y dejó el cargo. González ejercía la responsabilidad de la asociación correspondiente a su subsector. Nunca había pertenecido a la ejecutiva de Femeval. Pero Almerich le invitó a relevarle y pactó su sucesión. González asumió la presidencia de Femeval en febrero de 2002. Desde entonces es vicepresidente de la CEV y Cierval.

González habla con llaneza y una franqueza poco habituales. Destila sentido común en todas sus reflexiones y comentarios desde que ejerce cargos de representación patronal.

La federación del metal impulsa tres programas que González cita con especial agrado. El primero pretende trasladar a los estudiantes de enseñanza secundaria las posibilidades que ofrece el sector del metal, muy alejado de la imagen habitual del obrero siderúrgico que intenta evitar las ascuas del acero. El segundo está dirigido a las mujeres, "más del 50% de la población", para estimular su incorporación profesional a la industria del metal. El tercero es un proyecto dirigido a identificar posibilidades de colaboración, cooperación o, en su caso, fusión, de las empresas del sector, mayoritariamente muy pequeñas.

González tiene dos hijos. "Y dos nietos", sonríe. Asumirá la presidencia de la CEV en abril casi de rebote, pero atesora una larga experiencia que acumula todos las recetas que se invocan ahora para competir en el mercado del mundo y afrontar los retos del siglo XXI.

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