El Parlamento francés da luz verde a la reforma de las 35 horas semanales

El Parlamento francés aprobó ayer de forma definitiva el proyecto de ley de reforma de las 35 horas de trabajo semanales, lo que supone la segunda flexibilización del emblema del anterior Gobierno de izquierdas por el actual Ejecutivo de derechas. La reforma, que crea un régimen de "horas escogidas" que se suma al del contingente anual de horas extraordinarias permitidas, salió adelante con 350 votos a favor de la gobernante UMP y la centroliberal UDF, mientras que se contabilizaron 135 votos en contra de socialistas, comunistas y verdes.

En diciembre pasado, el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin firmó un decreto que aumentó de 180 a 220 el contingente anual de horas extraordinarias. La creación de la Cuenta de Ahorro de Tiempo, en la que se acumulan las "horas escogidas" que, según el Gobierno, permite "poder trabajar más a los que desean ganar más", es la principal novedad de la nueva normativa.

Durante los últimos meses, la oposición a esta impopular reforma y la reclamación de una revalorización del poder adquisitivo de los trabajadores han actuado como potente motor en las importantes movilizaciones sociales que se han multiplicado en Francia. Firme en lo que concierne la reforma de las 35 horas, Raffarin sí que dio el pasado día 13, tres días después de la fuerte movilización que sacó a la calle entre 600.000 y un millón de personas, su brazo a torcer en lo que respecta a la revisión salarial.

El jefe del Ejecutivo llegó incluso a calificar de "legítima" la reivindicación de los trabajadores sobre un aumento del poder adquisitivo, pues el crecimiento económico en 2004 fue superior a lo previsto. Temeroso de que el descontento social se traduzca el próximo 29 de mayo en un fatídico voto de protesta contra la Constitución Europea, el Gobierno ha decidido reabrir negociaciones salariales con los funcionarios e impulsar las del sector privado.