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Reportaje:ATLETISMO | Campeonatos del Mundo de cross

Dedicado a Alem

El etíope Bekele, dos meses y medio después de la muerte de su novia cuando se entrenaban juntos, logra su séptimo título

Kenenisa Bekele llegaba en una forma dudosa. El 4 de enero, mientras se entrenaba con su novia Alem Techale, en las colinas que rodean Addis Abeba, la capital de Etiopía, la joven de 18 años se derrumbó con un dolor en el pecho y falleció de un ataque cardiaco. Bekele, el fondista más grande de la actualidad, que ya figura en el libro de oro del atletismo de todos los tiempos, pasaba su prueba más dura. Incluso tenía todo preparado para una boda que iba a ser un acontecimiento nacional. Durante una semana recibió en su casa el pésame de miles de compatriotas que ya le tenían como un héroe. Dejó de entrenarse, como le obligaba la costumbre en los duelos y su futuro era una incógnita. Pero apenas dos meses y medio después, ayer mismo en el cross corto de los Campeonatos del Mundo de Saint Etienne (Francia) asombró de nuevo y volvió a ganar. Sumó así su séptimo título mundial en cuatro años y hoy, si repite el triunfo en el cross largo, no sólo habrá conseguido una victoria contra la adversidad, sino que habrá puesto el listón de su gloria aún más alto: será su cuarto doble éxito en las dos distancias.

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La televisión manda

Había ido a correr en febrero dos pruebas de pista cubierta en Estados Unidos, dos millas y 3.000 metros, y no había ganado, algo inhabitual en él. Pero bastante había hecho con recuperarse de un trance tan trágico. Tuvo que dejar atrás incluso los días de pelo y uñas largas, según manda también la tradición, más un sobrepeso lógico por no correr. Y como ya había llorado casi todas las lágrimas, se fue a América para poner distancias. El doble plusmarquista mundial de 5.000 y 10.000 metros, y campeón olímpico de la última prueba en Atenas, se puso de pie y quiso seguir adelante. Lo hizo por él mismo y por su país, que le admira aún más por sus encomiables gestos en la final griega, cuando repetidamente miró atrás durante la carrera para esperar a Haile Gebreselassie, el hombre al que sucedía, y al que por respeto no quería humillar con su triunfo. Pero sobre todo, se rehacía por el recuerdo de su novia fallecida. "Ella hubiera querido verme que seguía corriendo y yo lo hago porque también es mi única razón de vivir", dijo antes de la prueba de ayer. Tras su victoria, declaró: "Es mucho más significativa porque he sufrido mucho después de la tragedia. Se la dedico a Alem".

Cuando a mitad de los 4 kilómetros de la carrera de ayer atacó su ex compatriota Saif Saaed Shaeen, uno de los kenianos nacionalizados en Qatar, y se separó 10 metros, pudo parecer que Bekele estaba tocado. Eso en otros tiempos no sucedía. Jamás se le había ido nadie tan lejos en carrera, porque todo lo tenía bajo control. Pero se demostró que era una falsa alarma. Los ahora qatarís se precipitaron en su ataque y no sólo Bekele volvió a ser el de siempre, sino que también acabarían siendo superados por los kenianos. Kenenisa, en menos de un kilómetro, dio caza a Saeed y como los grandes campeones cambió inmediatamente de ritmo, algo que sólo un motor como el suyo parece capaz. Le dejó tan clavado que sólo terminaría quinto, superado también por los keniamos Chebii y Kiprono. Bekele no quería que le sucediera como en los 5.000 metros de Atenas, cuando sí sufrió la mayor velocidad final del también legendario marroquí Hicham el Guerruj. Y esta vez arrasó.

Resultados: Hombres. Cross corto (4 kilómetros): 1. K. Bekele (Etiopía) 11m 33s. 2. A. Chebii (Kenia) 11m 38s. 3. I. Kiprono (Kenia) 11m 39s. 40. Higuero, 12m 28s. Equipos: 1. Etiopía, 23 puntos. 2. Kenia, 31. 3. Qatar, 32. 9. España, 193. Mujeres. Largo (8 kilómetros)

: 1. T. Dibaba (Etiopía), 26m 34s. 2. A. Timbilili (Kenia) 26m 37s. 3. W. Kidane (Etiopía) 26m 37s. 35. Recio. Equipos: 1. Etiopía, 15. 2. Kenia, 23. 3. Portugal, 86. 9. España, 181.

Kenenisa Bekele, en el momento de cruzar la meta.
Kenenisa Bekele, en el momento de cruzar la meta.EFE

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