"No siento la más mínima responsabilidad por el caso Mercalicante"

A punto de cumplir 60 años, Luis Díaz Alperi lleva ya una década al frente del Ayuntamiento de Alicante y dos décadas de vida pública (presidencias de la Diputación y de la Cámara de Comercio y vicepresidencia de la patronal alicantina Coepa). Pese a su dilatada carrera política, sólo conoce un lado del ejercicio público, quizá el más gratificante, el gobierno. Su capacidad para salir airoso de litigios (políticos y judiciales) es sorprendente. En esta entrevista admite que la revisión del Plan General de Alicante lleva demasiado retraso, explica su oposición al nuevo enlace marítimo con Orán y desvela un pacto al que llegó con "algunas personas" de su partido para dejar la alcaldía después de las elecciones de 2003 si se cumplían una serie de requisitos abortados tras la inesperada derrota del PP en la elecciones generales. Muy probablemente, si el PSOE hubiera perdido las elecciones del 14 de marzo de 2004, Luis Díaz Alperi no sería hoy alcalde de Alicante.

"Ya es hora de que pongan el Plan General en mi mesa"

"Hay bastantes comercios regentados por magrebíes que no son vistosos para el centro"

"Es muy curioso que, coincidiendo con las tensiones del PP, surjan críticas"

Pregunta. Ahora me voy, ahora me quedo, quizá me vaya, tal vez me quede. ¿Con qué nos quedamos?

Respuesta. Si el partido me necesita yo estaré donde el partido me diga. La vez anterior

[elecciones municipales de 2003] mi planteamiento era no presentarme a la alcaldía y el partido me pidió que lo hiciera. Si me lo vuelve a pedir para las próximas elecciones municipales tendría que considerarlo.

P. ¿Se comprometió usted con su partido a marcharse una vez iniciado el presente mandato?

R. Con el partido no, en absoluto.

P. ¿Con ciertas personas de su partido?

R. Algunas personas me propusieron la posibilidad de nombrarme para otro cargo si volvía a ser alcalde. Pero eso no ha ocurrido, porque las circunstancias no lo han permitido y a mí nadie me ha dicho nada. No existe, por tanto, ese compromiso.

P. Usted dice que no le quita el sueño que la Audiencia de Alicante le haya imputado por el caso Mercalicante [desfalco en la empresa mixta municipal].

R. La Audiencia no me ha imputado. Eso es una forma de hablar que manipula la verdad. La Audiencia le ha dicho a la juez que admita la querella del Partido Socialista y que investigue los hechos. Es cierto que no me quita el sueño, porque cuando uno sabe que ha hecho lo mejor que cree que tiene que hacer las cosas, pues no me preocupa en absoluto.

P. Pero usted es el presidente de una empresa de capital público que quedó en la ruina. ¿No siente ni la más mínima responsabilidad?

R. No siento la más mínima responsabilidad. En absoluto. En Mercalicante hay un socio técnico que está en el consejo de administración de la sociedad (Mercasa) que revisa las cuentas periódicamente. Pese a no estar obligados, nosotros auditábamos las cuentas todos los años. Pero si hay alguien sin escrúpulos [el ex gerente, Emilio Clavero], con la confianza del consejo, que se reúne con el socio técnico y éste nos dice que los planteamientos de expansión de la sociedad son los correctos, yo no tengo por qué ser un experto en ese tema. Es más, yo llegué a parar o retrasar algunas propuestas del gerente. Además, cuando tuve la impresión de que había algo raro se denunció el caso, se pidió una segunda auditoría y se despidió al gerente sin contemplaciones. La función del alcalde no es dedicarse a esa empresa.

P. Entre los motivos esgrimidos por el Partido Popular para rechazar la nueva línea marítima entre Alicante y Orán, el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, aseguró que la proliferación de comercios argelinos es la culpable de la degradación del centro de Alicante. ¿Está usted de acuerdo con esa apreciación?

R. Algo de relación hay, aunque no sé lo que es primero, si el huevo o la gallina. La realidad es que hay bastantes comercios regentados por magrebíes que no son vistosos para el centro tradicional de la ciudad. Yo considero que sí hay una situación de degradación y lo que digo y mantengo es que si eso fuera en aumento

[más magrebíes en la ciudad con la nueva línea de Trasmediterránea], Alicante no lo podría soportar.

P. ¿Ha hablado usted con el cónsul de Argelia sobre la nueva línea con Orán?

R. No.

P. La oposición dice que esta ciudad navega sin rumbo porque usted tiene secuestrado el Plan General de Ordenación Urbana [en proceso de revisión desde hace cuatro años]. ¿Está bloqueado el nuevo planeamiento?, ¿En qué situación se encuentra?

R. Espero que no esté bloqueado. Es un asunto que están llevando los técnicos. A mí me dicen que están trabajando en él. En cualquier caso, la oposición sabe del Plan General tanto como sé yo. Yo he hablado con ellos y les he explicado las líneas generales del nuevo planeamiento. El avance del plan se expuso al público y el equipo redactor se aprobó por unanimidad en el pleno. No es el equipo del alcalde y prueba de ello es que ese grupo de trabajo se mantiene a pesar de que en algunos momentos haya habido motivos para cambiarlo.

P. ¿Cuándo se aprobará?

R. Llevamos un retraso importante, de un año aproximadamente. Yo creo que debe resolverse de inmediato. Ahora es un asunto técnico, porque los criterios políticos ya se dejaron plasmados en el avance, y esos criterios no se han modificado. Ya es hora de que pongan el Plan General en mi mesa y, si luego resulta que hay algún criterio político que yo crea que hay que modificar, lo haré de acuerdo con mi gobierno.

P. Usted se significó como referente campista en la provincia de Alicante y salió mal parado del congreso provincial.

R. Yo creo que hay que respetar al presidente de la Generalitat. El Ayuntamiento de Alicante tiene mucha relación con la Generalitat Valenciana y sin la ayuda del Gobierno valenciano difícilmente pueden resolverse muchos problemas que tiene Alicante. Sería suicida, de locos, enfrentarse a la Generalitat. A partir de ahí, creo que el presidente de la Generalitat ganó las elecciones por una amplia mayoría absoluta. Yo creo que eso hay que respetarlo. Me da lo mismo que hubiera sido Francisco Camps u otro nombre. Yo he hecho [aliándose con Camps] lo que creo que es mejor para Alicante. Y cada uno que interprete lo que quiera.

P. ¿Y el congreso provincial?

R. Al final, en beneficio del partido, se decidió que sólo hubiera una candidatura, luego nadie perdió. Yo estuve en el congreso, lo aplaudí y le dije a José Joaquín Ripoll [nuevo presidente provincial] que tenía mi apoyo.

P. En abril se celebra la asamblea local, con dos candidaturas, la del zaplanista Julio de España y la del campista José Ramón García Santos. ¿Por qué en esta ocasión, pese a su adscripción campista, no expresa con claridad su preferencia?

R. Julio de España me llamó para decirme que había tomado la decisión de presentarse y yo le dije que me parecía muy bien, que no tenía inconveniente y que hasta me daba una alegría, porque de alguna manera me despejaba determinadas dudas. Luego ha salido otro militante que aspira a la presidencia y a mí me parece magnífico que se presente.

P. ¿No hace campaña por éste último?

R. No estoy haciendo campaña ni por uno ni por otro.

P. El PP de la ciudad de Alicante lleva dos lustros fuera de cobertura. ¿Cree que la asamblea de abril reactivará el partido?

R. El proceso se pone en marcha para que el partido funcione de forma independiente a la dirección provincial. Lo que pido es que el proceso sea democrático y limpio y que todos acaten los resultados.

P. En Valencia, la Copa del América; en Zaragoza, la Expo. Alicante se queda en propuestas de subsede para el proyecto olímpico de Madrid, en semifinales, en puerto de apoyo...

R. Me da la impresión de que a veces nos echamos piedras sobre nuestro propio tejado no queriendo valorar los éxitos de esta ciudad. Esta ciudad está en candelero de forma permanente, con actuaciones de primer orden en todos los ámbitos. Pese a las críticas, la Ciudad de Luz va a ser un referente y estoy convencido de que también será un motor económico, no sólo para Alicante sino para toda la Comunidad.

P. A los alcaldes les suele gustar dejar una obra emblemática. El Palacio de Congresos ya no será esa obra.

R. Yo creo que la labor de un alcalde es el día a día y en los diez años que llevo de alcalde en esta ciudad se han hecho muchímas actuaciones. El palacio de congresos es una más de las que al final de mi mandato espero dejar. Quizá la obra más importante realizada en esta ciudad es una que no se ve y que a mí es la que más satisfacción me produce: las obras antirriadas. Nadie se acuerda de ellas, porque están bajo tierra, pero yo estoy muy orgulloso de ellas.

P. Su equipo de gobierno ha estado al borde de la ruptura en varias ocasiones en los últimos meses. ¿En qué situación se encuentra ahora?

R. El ambiente ha mejorado. Los procesos electorales del partido han ido concluyendo y eso ha redundado en que las cosas se normalicen.

P. Un sector importante de su grupo le ha acusado a usted de ningunearlo en la acción de gobierno.

R. Eso es una queja que en mi opinión se produce en circunstancias de tensión que no se corresponden mucho con la realidad. Yo llevo diez años de alcalde y no he cambiado mi forma de trabajar y de actuar con los concejales. Es muy curioso que en nueve años no tenga críticas y que en seis meses, coincidiendo con las tensiones en el PP, surjan esas críticas. Creo que los concejales del equipo de gobierno tienen mucha libertad para trabajar.