La ruta de los leotardos
A mí me parece fantástico que exista la ruta de los cátaros, y que esta ruta sirva para recuperar la memoria histórica de los cátaros, esos grandes olvidados. Me parece fantástico que en el precio de la ruta se incluya una degustación de comida cátara. Aplaudo la ruta del aceite, la de los molinos de viento, la de los santuarios, la de Gaudí, la del Quijote, la de los piratas mediterráneos y la de El Vaquilla. Es más: hasta aplaudo que en todas estas rutas te salga un cuentacuentos en leotardos. Me emociona que se recupere de todo. Pero estamos yendo un poco lejos.
Esta semana se acaba de inaugurar una ruta llamada La sal de la vida. Se puede hacer a pie o en bici y va desde Sant Feliu de Guíxols hasta Núria. La cuestión es que los del Consorci de les Vies Verdes y la Fundación ECA Global, promotores de la idea, habrán intuido que ir de Sant Feliu de Guíxols a Núria simplemente por pasear no sería del todo innovador. Así que han pensado en algo más trascendente. Se trata, dicen, de "retornar a la naturaleza su esencia: el agua". Para ello, los excursionistas llevarán agua de mar hasta el santuario de Núria y, una vez allí, la derramarán para "completar la simbología del viaje". También, y siempre según palabras de estos promotores, los participantes podrán pernoctar en locales municipales y parroquiales pagando la voluntad, para que la ruta "sea más auténtica". En cuanto a los motivos -y sigo citando sus palabras, aparecidas en la prensa- "pueden ser espirituales, en forma de peregrinaje hasta Núria", o "telúricos, porque el Santuario es un importante centro de energía de la tierra". Vamos que, como ellos mismos han explicado, "la idea es que te purificas cuando caminas".
Se ha inaugurado la ruta 'La sal de la vida', que va desde Sant Feliu de Guíxols hasta Núria
Me estoy esforzando en tomarme la idea tan en serio como se merece. Pero, por desgracia, creo que lo de purificarse mientras caminas está por ver. Caminando por la cementera del Garraf, por ejemplo, yo siempre he tenido dificultades no sólo para fusionarme con el cosmos, sino simplemente para respirar. Entiendo que se pueda hacer la ruta por motivos espirituales, pero me cuesta más lo de los motivos telúricos. Telúrico es algo relativo a nuestro planeta. ¿Qué quiere decir que el santuario es un importante centro de energía de la tierra? ¿Qué clase de energía? ¿Dónde están los estudios científicos que lo demuestran?
Que conste que a mí me gustaría ir a pie o en bici desde Sant Feliu de Guíxols a Núria. Y hasta me gustaría que los demás excursionistas transportaran agua de mar mientras que yo transportaba botellas de cerveza. Me parece estupendo pernoctar en locales municipales pagando la voluntad. Pero, en cambio, creo que es absurdo que me digan que esto es así para "hacer el recorrido más auténtico". Pero si precisamente el recorrido no tiene nada de auténtico. Es totalmente falso. ¿Cómo pueden decir que es simbólico si se lo acaban de inventar? Una cosa es disfrazarse de peregrino y hacer la ruta de Santiago, que tiene una antigüedad y una tradición, pero la otra es transportar agua de mar de un sitio a otro y creer que es no va más de lo telúrico.
Sin embargo, no dudo que la iniciativa tendrá un gran éxito. Todos sabemos que gran parte de la población de solteros y separados se apunta a todo tipo de rutas con la finalidad de ligar. Por eso estoy asustada. Si las masas se entusiasman con la tradición y empiezan a derramar garrafas de agua salada sobre el valle de Núria, va a haber un desastre ecológico. El agua de mar, por muy auténtica que sea, no es buena para las plantas. Dentro de nada, los pastores de la zona dirán, con razón, que esparcir agua de mar sobre la hierba hace que las vacas sufran retortijones (telúricos, claro).
moliner.empar@gmail.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.