El general Ante Gotovina, criminal en Europa, héroe en Croacia

En 2001, cuando el Tribunal Penal Internacional pidió la detención del general Ante Gotovina, las autoridades croatas del entonces Gobierno socialdemócrata de Ivica Racan le dejaron escapar para evitar enfrentamientos en las calles con los nacionalistas. Entonces y hoy, Gotovina lleva una aureola de santo y es considerado por muchos como uno de los máximos héroes de guerra, a pesar de que su biografía delata un pasado de presunto criminal: se le imputa la responsabilidad en el asesinato de decenas de serbios y en el incendio de miles de casas serbias.

Este ex miembro de la Legión extranjera, nacido en 1955 en la isla de Pasman, cerca de la ciudad de Zadar, dedicó su estadía en Francia al contrabando, por lo que fue condenado en ausencia a nueve años y medio de prisión. En 1990 regresó a Croacia, donde escaló vertiginosamente en la estructura militar de la joven República y tras una serie de victorias se encontró al mando de las operaciones de guerra finales, en 1995. Sus abogados se empeñan en demostrar que hizo lo necesario para evitar los crímenes mencionados, pero el Tribunal considera que no utilizó su autoridad para impedir o castigar esos delitos.

Su figura de héroe es alimentada por parte de la Iglesia católica. No son pocos los obispos y sacerdotes que lo defienden, y atacan duramente al Tribunal, al que acusan de criminalizar la guerra de liberación y a toda la nación croata.

El respaldo que Ante Gotovina encuentra en amplias capas del país ha sido subrayado con pesar por el Tribunal Penal Internacional: la fiscal Carla del Ponte no deja de repetir que el militar ha estado varias veces en Croacia desde que se pidió su detención y que hace tiempo que pudo haber sido localizado.Ayer, el presidente croata, Stjepan Mesic, relativizó el problema: "No hay que dramatizar, creo que en breve seremos dignos de crédito, ya que probaremos que hemos hecho todo y que la cooperación [con La Haya] es completa", dijo a la agencia croata Hina.