El Cid se cierra la puerta grande
La tenía en sus manos. Y bien asegurada. Pero hasta el final todo es toro. O lo que es lo mismo, hasta el final nadie es feliz. Y El Cid, que pudo serlo más que nadie, se quedó compuesto y sin puerta grande. Todo por ser timorato a la hora de matar al quinto de la tarde. Gran toro ese quinto. Con 600 kilos cumplidos, una verdadera mole, pero con fijeza, prontitud y nobleza. Tampoco sobrado de fuerzas, pero las suficientes para soportar una faena densa y de buen metraje. Algo pegajosillo al principio, templó su embestida una vez El Cid se centró. La faena tuvo dos partes. Una primera más pellizcada. Y una segunda, siempre sin obligar demasiado, en la que ya con el toro descolgado se acompasó sobre la mano izquierda. Labor creciente. Tanto del toro como del torero. Y final grande con un Cid tan descarado como pletórico. Lástima la falta de decisión al matar. Se esfumó el premio.
Ymbro / Finito, Cid, Perera
Toros de Fuente Ymbro, bien presentados, excepto el 2º, que bajó mucho. Encastados y nobles. El 5º, ovacionado en el arrastre. Finito de Córdoba: casi entera trasera y caída (saludos); media corta -aviso- y descabello (saludos). El Cid: estocada habilidosa (oreja); dos pinchazos y entera muy baja (vuelta). Miguel Ángel Perera: entera trasera -aviso- (oreja); -aviso- entera (saludos). Plaza de Valencia, 15 de marzo. 4ª de feria. Media entrada.
Sí hubo recompensa para El Cid con el segundo, un impresentable toro que se coló de rondón en corrida de tan buen corte y remate. Toro encastado y venido a más, tras derrumbarse una vez y perder las manos otra. Abierto de compás, El Cid lo aprovechó por su cálido pitón izquierdo. Bien dibujada la faena por ese lado, mantuvo el tono en la postrera serie con la derecha.
Perera sorteó dos toros de distinto corte pero con muchas posibilidades. El tercero, que soportó un primer puyazo muy duro, tuvo son por los dos pitones. Y dejó estar. La faena de Perera, con mejor control cuando toreó con la derecha. No cuajó al natural, por donde esa labor pareció partirse algo. Los efectos finales la recompusieron.
El toro que cerró la corrida fue rico en matices. Derribó en varas, se enceló bajo el peto, escarbó en banderillas, empezó rebrincado y fue pronto en la muleta. También exigió. Tuvo actitud Perera con él, aunque no terminó de ordenar una faena valerosa. Pero algo amontonada.
El primero de la tarde anunció lo que sería el conjunto de la corrida de Fuente Ymbro. Superada la fase de flojedad, se convirtió en toro notable. Finito aportó llamativa arquitectura a una faena de buen concepto, pero sin mayor compromiso. Con el cuarto mantuvo una pelea frenética. Y eléctrica. Con el toro algo defensivo, también impetuoso, un Finito acelerado impuso su autoridad con vistosa picardía.
Babelia
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