Los expertos recomiendan campañas informativas para combatir al mosquito tigre

El mosquito tigre, llegado del sureste asiático, vive en Sant Cugat y Cerdanyola del Vallès, pero se teme que prosiga su expansión por los municipios de Cataluña en los próximos años. Los expertos aconsejan que, para evitarlo, se emprendan campañas informativas entre la población.

El objetivo es eliminar los focos de cría de larvas, que se reproducen en volúmenes de agua muy pequeños, por ejemplo en platos de macetas, ceniceros, bebederos para pájaros, pequeñas piscinas y fuentes. En resumen, aguas estancadas. Se aconseja vigilar especialmente los jardines de las casas.

Los expertos reclaman también tratamientos con larvicidas biológicos y, entre otras actuaciones, tapar los agujeros de los troncos. Otra medida es la introducción en las fuentes de peces depredadores de larvas y el tratamiento de las alcantarillas.

"Es muy difícil la erradicación completa de la especie, pero es posible paliar las molestias que provocan en los ciudadanos", explicó ayer David Roiz, biólogo del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, durante un acto informativo al que asistieron un centenar de técnicos municipales, figuras claves para detectar rápidamente la aparición de colonias.

Tanto Cerdanyola como Sant Cugat del Vallès, primer lugar de Eespaña donde se detectó el mosquito, en 2004, planean ya una campaña de concienciación ciudadana, antes del verano, para evitar que en la ciudad haya aguas estancadas.

El verano pasado en Sant Cugat se editó una hoja informativa y se llevaron a cabo distintas acciones. El Departamento de Salud y Medio Ambiente de la Generalitat, la Diputación de Barcelona, el consejo comarcal y los ayuntamientos del Vallès trabajan para evitar su propagación, con dos comisiones, una técnica y otra de comunicación.

Los sistemas de control implican en Italia, invadido por el mosquito tigre, unos gastos de entre 10 y 15 millones de euros anuales, de los cuales más de tres corresponden sólo a la ciudad de Roma.

"El mosquito tigre es una especie muy agresiva para los humanos, a los que ataca especialmente durante el día. Cría de manera muy prolífica en agua estancada y puede colonizar las cavidades de los árboles. Su picada es muy irritante y causa reacciones dérmicas más duraderas que las de los mosquitos autóctonos", explica Roger Eritja, experto del Servicio de Control de Mosquitos del Consejo Comarcal del Baix Llobregat. Sin embargo, los riesgos sanitarios por transmisión de enfermedades en Europa son nulos, según Roiz.