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Crónica:FÚTBOL | 28ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Villarreal impone su ley

El Espanyol se queda sin respuesta ante la brillantez del conjunto de Pellegrini, liderado por un excelente Forlán

El Espanyol sucumbió ayer frente al despliegue de recursos del Villarreal, sintetizados en la enorme calidad, la tremenda pegada y el buen hacer defensivo. Con una intensidad encomiable, cada cual con sus armas y estilos definidos y diferentes, el Villarreal y el Espanyol demostraron que en la jornada 28 del campeonato, la posición noble que ocupan en la clasificación no es resultado de la casualidad, más bien puede decirse que es el reflejo de la realidad plasmada en el buen hacer. Lotina ha sabido ordenar a un grupo de buenos jugadores, con Tamudo a la cabeza. Trabajo, disciplina, orden y algunas dosis de calidad han convertido al club catalán, hoy día, en un firme candidato a estar en Europa el curso que viene.

VILLARREAL 4 - ESPANYOL 1

Villarreal: Reina; Javi Venta, Quique Álvarez, Gonzalo Rodríguez, Arruabarrena; Josico, Senna, Riquelme (Font, m. 86), Sorín (Cazorla, m. 74); Guayre (Figueroa, m. 45) y Forlán.

Espanyol: Kameni; Ibarra, Lopo, Soldevilla, David García; Maxi, Ito (Coro, m.62), Jarque, Óscar Serrano (De La Peña, m. 72); Dani y Tamudo.

Goles: 1- 0. M. 25. Forlán bate a Kameni de fuerte disparo. 1-1. M. 30. Lopo remata en plancha un centro de Óscar Serrano. 2-1. M. 49. Sorín, de cabeza. 3-1. M. 56. Riquelme, de penalti. 4-1. M. 82. Figueroa remata a la salida de un corner.

Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a Ito y Kameni.

Unos 21.000 espectadores en El Madrigal.

Desde el inicio quedó expuesto por qué ambos conjuntos están en disposición de contestar a clubes con más solera y presupuesto. El Espanyol no daba por bueno el resultado inicial. Primero aguantó el envite del Villarreal, que no quería verse sorprendido, como en los tres últimos partidos disputados en El Madrigal, en los que tuvo que remontar la desventaja en el marcador. Si al Espanyol le define orden, al Villarreal le puede el dulce: espera que, tocando y tocando, aparezcan los espacios. Da igual si se llega al destino en un toque o en cien. Los partidos duran 90 minutos y seguro que llega el momento. Y éste suele llegar por la razón obvia del talento que reúne el club castellonense. Si a esto se le suma pegada, la brillantez resulta pragmática.

El grupo de Pellegrini dispone de gol porque tiene en sus filas un delantero de verdad llamado Forlán. El atacante uruguayo acumula las mejores virtudes que debe de tener un delantero: movilidad, rapidez y sentido del desmarque. Pero sobre todo tiene remate, sin florituras y adornos. Forlán acorta siempre el tiempo de ejecución en sus acciones, que resultan letales. Resulta arriesgado asegurar si es zurdo o diestro, ya que golpea con efectividad con ambas extremidades. Así llegó el primer gol del Villarreal, a los 25 minutos, en un balón suelto en el borde del área del conjunto catalán y que Forlán enganchó. Su gol número 17.

Cinco minutos tardó el Espanyol en equilibrar la desventaja en una jugada de estrategia que Lopo convirtió en gol al rematar en plancha. Volvía a nacer el partido. Tamudo pudo adelantar a los suyos si Reina no hubiese abortado la acción en el uno contra uno. También lo pudo hacer el Villarreal a no ser por los reflejos de Kameni.

La incertidumbre se instaló hasta el descanso. Después volvió a surgir Forlán, esta vez para asistir a Sorín y posteriormente para fabricarse un penalti que Riquelme transformó. Aparecieron entonces en escena las dotes defensivas del conjunto amarillo, que son muchas, y el duelo quedó sentenciado.

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