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Columna
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Pastores

El pasado 9 de febrero un pastor de Arcos de la Frontera Cádiz, fue ingresado en la prisión Puerto II. Le quedan aún siete meses por cumplir. Delito: el pastoreo. En una ocasión sus ovejas se comieron unos algarrobos; en otra el pastor trincó diez gallinas. La justicia ha sumado: diez gallinas más tres algarrobos igual a ocho meses de prisión.

No sé pero, a veces, pienso que eso de la justicia y la legalidad en muchas ocasiones van por caminos separados. No parece, salvo que se haya perdido la perspectiva y se miren las cosas como si no fueran con nosotros, que estas situaciones puedan darse. No es razonable que una sociedad que pretenda ser justa asimile con naturalidad que una persona, porque sus ovejas coman el fruto prohibido y se roben diez gallinas, restituya el Derecho con condenas de esta naturaleza. Es difícil, incluso tomando manzanilla, digerir una condena de prisión por delitos contra la propiedad escasamente graves y, al mismo tiempo saber, no lo del 3% que es solo un rumor, sino que los trabajadores se matan casi a diario en el tajo y no pasa nada. No es posible aceptar estas condenas con naturalidad cuando se conoce que los campos están llenos de trabajadores ilegales, y no hay fiscal que actúe de oficio. No es posible tampoco tragarse estas condenas y aceptar que a un juez, que deja e libertad a un presunto narco y toma copas a cañón chocante, solo se le suspenda provisionalmente y se le pida pena de un año de prisión. Da la impresión que una amenaza con pistola solo vale para la Justicia cuatro meses más que diez gallinas. Se ha perdido la perspectiva.

A la sociedad le interesa que las diez gallinas sigan en el gallinero de su dueño. Sin embargo le debe interesar un poco más que los pastores dejen paso en las prisiones a quiénes ganan a costa de las muertes en el tajo, llenan sus cuentas bancarias con el trabajo de los pobres y a los jueces que acuerdan la libertad de presuntos narcos y apoyan sus consumiciones a pistola.

En cualquier caso menos mal que la Junta de Tratamiento de Puerto II está por la labor y ha pasado al pastor al tercer grado -ahora, esto del tercer grado, no es como antes- y el SOC ha llevado dos camiones de comida a las ovejas para que no mueran porque, en el fondo, el problema lo tienen las ovejas y el rebaño y no los pastores.

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