Críticas a los sindicatos por la protesta en plena visita del COI
La manifestación de ayer en París tuvo un recorrido poco habitual. Salió de la plaza de Italie, en el distrito 13, para dirigirse a la de la Nación por un camino inédito en este tipo de convocatorias. Se trataba de evitar, en todo momento, que los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) que examinan estos días la candidatura de la capital francesa a los juegos de 2012 se cruzaran con la protesta de los trabajadores galos. Pese a considerarse favoritos, la competencia de Madrid y Londres asusta.
Desde que se fijó la fecha del 10 de marzo, los sindicatos fueron acusados de antipatriotas por el Gobierno y por muchas instancias oficiales y se intentó forzar el traslado de la convocatoria a otra fecha menos comprometida. Los organizadores no cedieron. Sólo el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, mantuvo la calma desde el primer momento. Los miembros del Comité Olímpico, vino a decir, podrán ver una "democracia social" en funcionamiento.
"Los beneficios suben; la cólera, también", rezaban los carteles que habían sido pegados a lo largo del recorrido de la manifestación. Pero los manifestantes eran conscientes del peso de la duda que se había puesto sobre su patriotismo, y por ello muchos portaban camisetas de apoyo a la candidatura. Entre los miembros del sindicato CFDT se había convertido en uniforme. "No estamos contra los Juegos, ha sido el azar del calendario el que ha hecho que coincidan la manifestación y los miembros del COI", explicaba Jean-Paul Plottu, uno de sus dirigentes.
40.000 empleos fijos
Lo cierto es que, según las cifras que maneja el Ayuntamiento de París, los Juegos Olímpicos, además de los empleos temporales que proporcionarían, crearían hasta 40.000 empleos fijos. "Somos favorables a los Juegos en París, porque crearían empleo".
Mientras todo esto sucedía en las calles de París, los miembros del COI eran llevados en autobús a visitar las dos instalaciones más emblemáticas de la capital, el ultramoderno Stade de France, construido para el Mundial de fútbol de 1998, y el estadio de Roland Garros, donde se juega el prestigioso torneo de tenis. También visitaron otras instalaciones, todas ellas situadas en el noroeste de la capital francesa. Los manifestantes estaban en la otra esquina, en el sureste.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.