Tablas en una pista de hielo

Entre resbalones y patinadas, el Zaragoza consiguió unas tablas más que meritorias en Viena. Las deplorables condiciones que ofrecía el terreno de juego, recubierto por innumerables placas de hielo, desvirtuaron el partido, el fútbol y el espectáculo. Pero los jugadores del Zaragoza no languidecieron y sellaron un buen resultado en la ida de los octavos de final de la UEFA ante un rival mucho más acostumbrado al frío y al hielo.

Ni siquiera las botas multitacos de hierba artificial -adecuadas para jugar sobre cualquier superficie- que usaron los futbolistas fueron eficaces contra el césped helado del Ernst Happel. A duras penas podían hacer un sprint sin caerse al suelo. Enlazar varios pases seguidos, jugar el balón con criterio o hacer un recorte preciso se convirtió en una auténtica odisea.

Víctor Muñoz volvió a prescindir de Movilla, el futbolista que tanto trabajo de contención aportó la pasada campaña. El técnico alineó a tres mediocentros y adoptó un sistema que le ha dado buenos resultados recientemente. Uno, Zapater, por detrás, y dos, Soriano y Generelo, por delante. La aglomeración de jugadores en el centro del campo resultó acorde al estilo de juego que exigía el terreno; barullos, brega sinfín y fútbol farragoso. Milito, como consecuencia de las capas de hielo, falló en uno de esos numerosos ejercicios equilibristas y se resbaló en un momento comprometido. Tanto, que dejó a Rushfeld, el delantero ex racinguista, vía libre para batir a bocajarro a Luis García, que se erigió en el mejor jugador de su equipo.

Acosó, viendo la fragilidad que mostraba el conjunto maño, el cuadro austriaco. Con un fútbol directo, de pocos adornos y más práctico que otra cosa, el Austria de Viena encerró buena parte del choque a los aragoneses, superados, incluso, mentalmente. No en vano, los futbolistas del Zaragoza se habían mostrado reacios a jugar el partido. La UEFA, sin embargo, en la segunda inspección del día -en la primera dijeron que el campo estaba impracticable- y el colegiado Peter Fröjdfeldt abogaron por la disputa del mismo. El centrocampista Soriano dispuso de un par de ocasiones para empatar la contienda antes del descanso.

Impracticable como estaba el campo, el Zaragoza, eludiendo su poblada línea media, recurrió al pase largo y desesperado con Villa como objetivo. Pero, por muy habilidoso y mordaz que sea el delantero blanquillo, nunca pudo hacer mella en la aguerrida y compenetrada defensa austriaca. Hasta que apareció Savio. El extremo brasileño recibió un pase medido de Soriano y con sangre fría logró firmar las tablas. El Zaragoza, a pesar de la UEFA, el hielo y el rival, salió airoso de su visita austríaca.

Resultados: Partizán, 1; CSKA Moscú, 1. Olympiacos, 1; Newcastle, 3. Shaktar, 1; AZ Alkmaar, 3.