Hallado muerto con signos de violencia un matrimonio de Melilla

Una mujer de 31 años embarazada de ocho meses y su marido fueron hallados ayer muertos con evidentes signos de violencia en su domicilio de Melilla, a cuya comunidad judía pertenecía el matrimonio. La fallecida fue encontrada por los bomberos carbonizada en su piso poco antes de las tres de la tarde y su esposo, cuatro horas después en el trastero del garaje, con un corte profundo en el cuello.

Los bomberos acudieron tras recibir una llamada de unos vecinos a las 14.45 horas, que habían visto salir humo bajo la puerta de la vivienda, situada en la calle de Actor Tallaví de la ciudad autónoma. Cuando derribaron la puerta del tercero C, hallaron el cuerpo carbonizado de la mujer. Los agentes de la policía científica convocados al lugar apreciaron además que presentaba signos de agresión, según informó la Delegación del Gobierno.

Tras este terrible hallazgo, amigos y conocidos de la fallecida manifestaron su inquietud al no conocerse el paradero del marido, al que la policía, amigos y familiares trataban de localizar.

Hacia las siete de la tarde, cuando la Policía revisaba el edificio, halló en el trastero del garaje comunitario el cadáver de un varón, el marido de la embarazada, con un profundo corte en el cuello.

Los vecinos del edificio, de 26 viviendas, fueron desalojados tras declararse el incendio -y toda la zona acordonada- hasta que a las ocho de la tarde pudieron regresar a sus domicilios. Ante la casa de los fallecidos, muy conocidos en la ciudad pero cuyas identidades no fueron ayer suministradas por la Policía, se congregaron familiares y amigos que refirieron que la pareja no tenía desavenencias conyugales. El hombre, cuya edad tampoco se sabía anoche, trabajaba en un comercio de confección. La comunidad judía de Melilla suspendió diversos actos previstos para ayer en señal de luto.

La titular del Juzgado de Instrucción número 5 decretó el secreto de las actuaciones. La Policía no descarta ninguna hipótesis si bien en principio considera que no se trata de un caso de violencia doméstica.

Se da la circunstancia de que la mujer había acudido ayer mismo a realizarse una prueba de monitorización del feto para comprobar la normal evolución del embarazo.

Su cadáver fue trasladado al hospital Comarcal de Melilla para que se le practicasen pruebas radiológicas y el de su marido, al Instituto Anatómico Forense, donde le será practica la autopsia a ambos.