"Tiraría los penaltis"
Figo regresa al estadio donde hace dos años falló una pena decisiva
Decía Boban hace unos días que "el Madrid fuera de casa es una serpiente". Es tan cierto que en su visita al estadio de Los Alpes, hace dos años, el Madrid estuvo muy cerca de hundir al Juventus con un equipo plagado de bajas. Aquella noche se pareció mucho a la de hoy: el Gran Paraíso estaba cubierto de nieve hasta la base y Turín disfrutaba de las primeras mañanas soleadas del año. El Madrid llegaba al partido con Raúl convaleciente después de una operación de apendicitis, Makelele amonestado y Ronaldo con una lesión muscular sin sanar. Aun así, tuvo la semifinal en un palmo. La distancia que no ajustó Figo en el penalti que cometieron sobre Ronaldo y que él falló ante Buffon.
Esta noche, Figo revisará aquél momento, cuando el Madrid pudo redondear un 3-2 decisivo. El portugués regresa al lugar donde sufrió una de sus peores veladas. Sabe que vuelve al lugar donde el Madrid tuvo a tiro a su décima Copa de Europa. Y sabe que la perdió de vista por su culpa.
En el partido de 2003, con Ronaldo en el banquillo, Trezeguet abrió el marcador en el minuto 12 y Del Piero remachó en el 43. En el descanso, Del Bosque mandó a Ronaldo a calentar. Un rumor de pánico circuló por las gradas de Turín. Estaba justificado. La salida del delantero carioca, que se recuperaba de una rotura fibrilar, puso patas arriba al Juventus. En el minuto 67 provocó un penalti. Figo lo falló. El gol de Zidane en el 89 no resultó suficiente. El Madrid estaba fuera.
Las preguntas se repiten. ¿Tirará Figo los penaltis? ¿Podrá con la presión del pasado? El extremo hace alarde de toda su arrogancia profesional. ""Yo no vivo del pasado. Si viviese del pasado no jugaría al fútbol porque yo he ganado todo. Vivo del presente y si viviese de lo que pasó hace dos años no jugaría al fútbol. ¿Por qué no voy a tirar los penaltis? Si en determinado momento no tengo la confianza no faltará gente que quiera y pueda tirarlos. Espero que tengamos la oportunidad".
Figo quiere jugar y quiere lanzar los penaltis, como ha venido haciendo desde hace cuatro años. Su ambición es demasiado imperiosa como para pensar en dejar esa responsabilidad a un compañero. Esta noche se juega uno de esos partidos que atraen la atención de medio mundo. Un duelo carísimo a los jugadores como Figo, competitivos y exhibicionistas a partes iguales. Tan importante es el partido que desde a última vez que vino el Madrid no ha vuelto a llenarse el estadio de Los Alpes. Hoy no quedan entradas.
"Hay que marcar", comentó ayer Figo. "Es fundamental conseguir marcar goles fuera en este tipo de eliminatorias y el Madrid no sabe jugar de otra forma. Los equipos que piensan en defender durante noventa minutos acaban por perder; y por las características nuestras es menos recomendable todavía".
Para que juegue Figo, el técnico, Vanderlei Luxemburgo, ha dejado en el banquillo a Guti, el media punta con mejor pase de la plantilla. En su esfuerzo por conservar el equilibrio de fuerzas políticas en el vestuario, Luxemburgo ha cortado por lo sano: Guti es el eslabón más débil. Figo, mientras, habla de la disciplina táctica que le impone el centro del campo. "No puede haber despistes", dijo ayer. "Ya se vio en la ida todo el desgaste que hicimos y sólo metimos un gol. Tenemos que hacer un esfuerzo defensivamente".
En la ida, precisamente, Figo no se dedicó a marcar a Emerson, y el brasileño, aprovechando el espacio, llegó un par de veces con mucho peligro al área de Casillas. Según Luxemburgo, el portugués debía aprovechar la espalda del brasileño, y, por tanto, defenderlo no era tan importante.
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