El Zaragoza descubre a Milito como pivote
El Zaragoza, gracias al gol del central del filial, Capi, que defendía la zamarra del primer equipo por segunda vez en el curso de la temporada, se encontró con la victoria. Fue un regalo porque el conjunto que dirige Víctor Muñoz no jugó apenas al fútbol. Pero el Racing, ni siquiera espoleado por su penoso flirteo con el descenso, tampoco lo hizo. Falto de ritmo, de oportunidades y, en definitiva, de juego, el partido se resumió en un centro de Galletti que cabeceó Oscar al área chica y que Capi, oportunista, remachó a puerta.
Con los tres medios centro habituales fuera de la convocatoria, Movilla y Zapater por sanción y Generelo por lesión, Víctor Muñoz exigió a Milito, al situarle por delante de la defensa, que sacara a relucir esa clase que se le presupone. Una personalidad que se le intuye porque sacar el cuero desde atrás, jugando de central con todo el campo por delante, es más sencillo que desde el medio del rectángulo, con los espacios más reducidos y notando constantemente el aliento de un rival en la nuca. Milito, no obstante, exhibió la cualidad que diferencia a los buenos futbolistas de los mediocres: saber qué hacer y dónde pasar el balón antes de recibirlo.
ZARAGOZA 1 - RACING 0
Zaragoza: Luis García; Ponzio, Álvaro, Capi (Camacho, m. 80), Aranzabal; Milito; Galletti, Soriano (Cuartero, m. 68), Óscar (Cani, m. 76), Savio; y Villa.
Racing: Dudu; Regragui, Mora, Pablo Casar, Oriol (Pablo Sierra, m. 62); Morán, Anderson (Torrado, m. 58), Benayoun, Ayoze; Javi Guerrero y Arizmendi (Jonathan, m. 62).
Gol: 1-0. M. 58. Capi remata un balón suelto en el área chica para batir a Dudu.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Mostró la cartulina amarilla a Mora, Milito, Álvaro, Torrado y Ayoze.
Unos 26.000 espectadores en La Romareda.
Pero quizás delegaron sus compañeros en él más responsabilidad de la que el guión exigía. Más aún si se tiene en cuenta que el Zaragoza, más bien por la incapacidad de los centrocampistas a la hora de realizar el último pase, apenas incomodó el marco custodiado por Aoute.
Tampoco creó problemas el Racing con su juego, basado sobre todo en lanzar balones largos a su único delantero real, Arizmendi. El ariete, que se dejaba caer a la banda derecha, conseguía crear el espacio necesario para que el madiapunta Javi Guerrero y el interior derecho Morán pisaran el área en busca del remate.
Pero el sistema del Zaragoza impidió al cuadro cántabro hacer efectiva su mejor y única arma.
Aunque a la hora de atacar utilizaba un 4-1-4-1, el Zaragoza se replegaba con presteza para defender con un 4-5-1. Un sistema que evidenció las carencias básicas del grupo de Nando Yosu, pero que, de no ser por el tanto del novato Capi, también habría terminado sacando los colores al Zaragoza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.