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Reportaje:DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Un día necesario pero no suficiente

Cecilia Jan

El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer y de la Mujer Trabajadora. Un día cargado de actos, tanto institucionales como organizados por sindicatos y asociaciones feministas, que plantea la duda de si es necesaria o útil esta sucesión de discursos llenos de buenas intenciones para luchar por los derechos de la mujer, y qué es lo que ocurre los 364 días restantes. Mujeres sin especial implicación política o sindical dan su visión y cuentan sus preocupaciones: la desigualdad laboral, la dificultad de compaginar trabajo y familia o el necesario cambio de mentalidad de las propias mujeres.

"Es como el chiste, pobres, les vamos a dar un día a las mujeres porque nosotros tenemos todos los demás", compara Ana Sanín Gutiérrez. Esta arquitecta colombiana de 32 años vive en Málaga desde hace dos, y opina que su país es mucho menos machista que España, pese a que aquí tal vez se tenga la imagen contraria. "En Colombia, las mujeres tuvieron necesidad de ser cabeza de familia por la guerrilla. El protagonismo de las mujeres ha sido más progresivo, de forma que el Día de la Mujer es más como un homenaje, y una ocasión para reclamar igualdad, sobre todo en el terreno laboral".

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Aunque aún hay trabajos considerados para hombres y otros para mujeres, Ana cuenta que en los años ochenta, la mayoría de los gerentes de los bancos eran féminas, y que a partir de ahí, comenzaron a llegar al poder político. Sin embargo, cuando ella visita una obra en Málaga, aún ha de hacer frente a las miradas de incredulidad de muchos obreros. "Aunque hay empresas que prefieren contratar mujeres en obra, porque son más suaves, y se generan menos rencillas entre los hombres", asegura.

Criada en una famila donde las abuelas sacaron adelante a cinco hijos cada una, ve el proceso de incorporación de la mujer al mercado laboral en España mucho más lento. "Las madres de mis amigos aquí son todas amas de casa, o no llegaron a ejercer". Pese a que España tenga ahora un Gobierno paritario, Ana cree que "ha pasado muy poco tiempo como para que la sociedad se adapte a la capacidad de la mujer para explorar sus campos".

Al contrario que Ana, la malagueña Guiomar Ramírez García, de 18 años, no puede comparar con otros países. Esta joven estudia primer curso de Ciencias Ambientales, en una clase en la que tanto las estudiantes como las profesoras son mayoría. "En general, creo que la mujer en Andalucía está en términos de igualdad", opina. Pero al entrar en detalle, la realidad echa por tierra esta imagen. "Es verdad que la mayoría de los hombres se desentiende de la casa, y que las mujeres siguen siendo las que se hacen cargo de los niños". También sabe que las mujeres cobran menos por el mismo trabajo -un 30% menos de media anual-, y conoce el caso de una empresa de electricidad en la que "el jefe sólo quiere hombres". Pese a todo, la joven confía en que va avanzando -"aunque poco a poco"-, y no cree que vaya a tener más dificultad para encontrar un trabajo por se mujer.

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Guiomar reconoce que nunca va a actos por el Día de la Mujer, ya que no se suele enterar, aunque cree que son positivos. "Con este día, se muestra que la mujer no es tan inútil como pensaban antiguamente, aunque eso no significa que el resto del año nos traten como a esclavas".

Miguelina Pastor, de 68, tampoco puede comparar con otros países, aunque sí con otros tiempos. Presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Málaga, comenzó a trabajar a los 16 años en la oficina del tren de la Costa, y lo dejó a los 19, al casarse. "Los hombres de ahora no son machistas, los de antes sí, estaban acostumbrados a que les hicieran todo", dice. Miguelina ve los avances en el mercado, donde van hombres con niños a hacer la compra, o en sus propios nietos, que ayudan a quitar la mesa.

Aunque la situación femenina es mejor, Miguelina cree que sigue siendo necesario celebrar el Día Internacional de la Mujer, institucionalizado en 1975 por la ONU. "Tiene mucha importancia, porque la mujer no se calla, se ha metido en muchas cosas y defiende sus derechos". Para ella, los actos del 8 de marzo, a los que suelen asistir los miembros de su asociación, "sirven porque se va adquiriendo cultura a través de las conferencias y charlas". "Te van dando esa cultura que antes no tenías, por lo que dejabas tus derechos a un lado, pero así, sabes lo que tienes". Por eso, reivindica la igualdad y que "no se dé menos sueldo a la mujer".

Es imposible desligar los problemas de la mujer actual de dos términos: trabajo y familia. Pese a las diferencias generacionales, las tres protagonistas de este reportaje coinciden en las dificultades que plantea compaginar ambos. "En el terreno laboral, la mujer se preocupa más por su formación, pero se siente muy presionada por la sociedad y por el tiempo", explica Ana. "Tiene que hacer muchas cosas: trabajar, ser amiga, madre, ama de casa, y si no triunfa en su rela-

ción de pareja, parece algo terrible". La arquitecta, que vino a España entre otras razones para no casarse y tener hijos "antes de tiempo", cree que se necesita "dar más protagonismo al hombre en el hogar", así como aumentar el número de guarderías. "Cuando llegué, me llamó la atención las pocas que había".

Miguelina coincide con Ana en la autoexigencia de las mujeres hoy en día: "Creo que tienen demasiado agobio, muchas veces tienen que dejar a los niños con fiebre, o se pierden la alegría de llevarlos al colegio. Pero estudian y se preparan, y lo que quieren es desarrollarlo, y lo veo muy bien". La solución: las abuelas, aunque "nos utilizan menos de lo que estaríamos dispuestas".

Pese a que anima a las mujeres a seguir trabajando, no se arrepiente de haber dejado su empleo para dedicarse a su casa y a sus hijos, y cree que las mujeres de ahora se pierden muchas cosas al trabajar. "Haberme entregado a los niños me hizo muy feliz", relata, "es una vida distinta, y no he echado de menos el trabajo, aunque muchas mañanas me iba a la cantina a desayunar con las que habían sido mis compañeras". Algo que Guiomar ni se plantea: "Algún día me gustaría casarme y tener hijos, pero no renunciaría a mi carrera para tener una familia, después de estar estudiando cinco años. Intentaría llegar a un acuerdo con mi marido", dice.

Esta estudiante cree que aún tienen que cambiar de mentalidad tanto hombres como mujeres. "Todavía hay mujeres machistas, que siguen pensando que tienen que servir". También Ana aboga por la concienciación de las propias mujeres para lograr la igualdad. "Primero tiene que convencerse a sí misma de que vale como persona, que las diferencias con los hombres son precisamente lo que hay que potenciar", opina. Por eso, los 8 de marzo que se acuerda, manda un mensaje a sus amigas: "Les digo que no es un día, sino todos, y que si no te felicita nadie no pasa nada, lo importante eres tú misma".

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

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