El plastificador tuvo un padre de las SS
El controvertido artista alemán Gunther von Hagen, de 60 años, que adquirió notoriedad con sus exposiciones en las que muestra cadáveres plastificados, ha saltado de nuevo a las páginas de los periódicos. El motivo en esta ocasión no es la compra de ejecutados en China, el tráfico ilegal de cadáveres en algún país del este de Europa o el uso indebido de un título de catedrático, sino su proyecto de abrir una fábrica para sus actividades en el municipio polaco de Sieniawa Zarska, a unos pocos kilómetros de la frontera con Alemania. En principio nada que objetar, salvo la persona que Von Hagen puso al frente del proyecto: su padre, Gerhard Liebchen, un anciano de 88 años. El semanario Der Spiegel sacó a relucir el siniestro pasado del progenitor del plastificador de muertos. Liebchen perteneció al partido nazi y a las SS hitlerianas y se distinguió en la represión en Polonia durante la II Guerra Mundial como colaborador de Jürgen Stroop, un jefe de las SS responsable de la destrucción del gueto de Varsovia y ejecutado en 1952 tras su condena como criminal de guerra. Stroop le propuso para una condecoración "por haber cumplido con su deber día y noche sin tener en cuenta su propia salud". Tras descubrirse el pasado de su padre, Von Hagen ha decidido retirarlo del puesto de encargado de su nuevo taller para tratar cadáveres en Polonia. Allí realizaba el anciano un buen trabajo gracias a sus conocimientos del idioma de los que aterrorizó durante la dominación nazi. Argumenta Von Hagen en defensa de su padre que nunca habían hablado del pasado y de los recuerdos de la guerra de su progenitor.-
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