Sergio Rodríguez fulmina al líder
El Real Madrid no puede con el base de Estudiantes y cede el liderato
Una semana después de caer eliminado en la Copa, Estudiantes se vengó del Real Madrid propinándole un severo correctivo. Incidiendo en la herida, el líder de la ACB cedió su posición privilegiada al Tau al no poder contrarrestar el arrojo de Sergio Rodríguez. El base canario rescató al Estudiantes del parcial de 0-13 que le endosaron los muchachos de Boza Maljkovic en el primer cuarto. Todo apuntaba a una nueva victoria, sin miramientos, de los madridistas, que sólo habían concedido un partido, con la clasificación en el bolsillo, a Estudiantes en la Euroliga. Bennett y Bullock, con sendos triples disparaban al Madrid (11-21) aprovechando el desconcierto reinante en las filas colegiales. Incluso Felipe Reyes, que recupera su instinto matador siempre que se enfrenta a sus ex compañeros, cumplía su cometido y barría el aro contrario. Luego se pasó diez minutos en blanco, cuando Estudiantes ya daba un repaso al eterno enemigo. Era el momento de Rodríguez, el mejor jugador del último Europeo júnior, que con su juego alegre y vistoso conectaba con las internadas de Jasen y Patterson.
ESTUDIANTES 95 - REAL MADRID 71
Estudiantes: Azofra (0), Jiménez (13), Jasen (17), Garcés (10), Patterson (9) -cinco inicial-; Miso (0), Rodríguez (13), Iturbe (5) y Vidaurreta (12).
Real Madrid: Bennet (17), Gelabale (3), Bullock (11), Burke (8), Reyes (12) -cinco inicial-; Sonko (0), Stojic (3), Fotsis (2), Herreros (7), Bueno (2) y Hervelle (6).
15.000 espectadores en el Palacio de Vistalegre.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
14-21
32-16
12-6
23-12
El que no se prodiga en puntos es Garcés, aunque sea fundamental en el imaginario de Pepu Hernández. Porque el pívot panameño trabaja imperturbable en la pintura. Muchísimas veces no huele la bola, simplemente se planta bajo la canasta a esperar un rebote, una bola muerta, y machacar con solvencia. De esa guisa anotó cuatro veces y reforzó su estatus de tercer reboteador del campeonato con siete capturas. Con el trabajo sucio de Garcés bajo los tableros y Patterson, que se fue diluyendo conforme avanzaba el encuentro, Estudiantes llegó al descanso tres puntos por delante (43-40).
Luego vino el torbellino. Con la venia de Sergio Rodríguez, tan determinante como para romper el choque, Jasen y Vidaurreta se unieron a la fiesta y abusaron de la apatía de los madridistas. Eclipsados, la aportación de Fotsis y Stojic fue nula. Herreros es de los pocos, por no decir el único, que siempre se tiene algo entre manos; que pise el parqué ya implica sensación de peligro. La única alegría que se llevó Maljkovic es la recuperación total de Elmer Bennet, 32 minutos en la pista. Cosa extraña, otro de los desaparecidos en combate fue Mickael Gelabale. El alero antillano no se colgó ni una vez del aro ni olió ningún rebote.
Mientras el Madrid, como siempre, intentaba valer su juego exterior y jugaba a rachas, Estudiantes le pagó con su propia medicina, y abrió brecha a ritmo de triples. Loncar, con cuatro aciertos, y Jasen y Rodríguez con dos, desmontaron la frágil defensa en zona de sus rivales. El Madrid, desesperado, viendo cómo corría el reloj, dejó de mascar las jugadas, de recurrir al sempiterno Bullock -cosa rara, no fue el máximo anotador de su equipo- y se suicidó desde la línea de 6,25. Bombardeó a Estudiantes con 30 triples, con un irrisorio acierto del 33%.
Tras la final perdida contra el Unicaja, Maljkovic, que se queja de la falta de profundidad de su banquillo, pinchó ayer en el hueso del Ramiro de Maeztu. Una idea le ronda: el Madrid juega desde hace unas jornadas a rachas, quizá cansado o ausente por la enorme acumulación de partidos que lleva a sus espaldas.
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