Educación sin memoria

Soy Teresa Ekobo, y en un viernes cualquiera en el que mi sobrino de siete años está enfermo y me toca cuidar de él, cojo uno de sus libros para leerle algo. Concretamente cojo el libro Escondites 2. Antología de textos, primaria, curso 2. Como un juego, le digo que me diga un número. Elige el 12, y en la página 12 comienzo a leerle el texto 'Los dragones en la escuela', donde con cada una de las palabras del abecedario les enseñan a los niños palabras. Cuál es mi sorpresa cuando en la k, indican K de kilo y Ku-Klux-Klan.

Como madre de familia, como tía, como afroeuropea y como ser humano, creo que es insultante que enseñen a los niños las letras sin tener en cuenta el significado de las palabras. Sin tener memoria histórica. Desde el ordenador de casa, con mi sobrino, Félix, escribo esta carta sugiriendo que, por favor, cuando enseñen la K a los niños les hablen de cosas más educativas como kiosco, kurdo, karate... También, ¿por qué no?, que las editoriales echen un ojo a los libros antes de publicarlos, y que los más grandes ayudemos a los pequeños a entender por qué nos molestan cosas como ésta.