Regreso al pasado

Quienes lo han tenido como entrenador cuentan que Antonio López (Pozoblanco, Córdoba, 47 años) explota al máximo dos terrenos: la estrategia y la psicología. Ex jugadores del nuevo técnico del Valencia, quien tomó el viernes el relevo del destituido Claudio Ranieri, aún tienen grabado en la memoria alguno de los aforismos que López dejaba escrito en la pizarra: "Nunca hay una segunda oportunidad para crear una buena primera impresión".

Antonio López desempeñó una notable labor en el Valencia de Rafa Benítez. Entonces, ejerció de segundo entrenador. En la brillante etapa del técnico madrileño al frente del club de Mestalla, López diseñó la estrategia, que tanto rendimiento dio. Es muy probable que ahora se produzca una vuelta al pasado, pues el técnico cordobés conoce al dedillo el modelo que dio fama a Benítez. En este sentido, recuperará el 4-4-2, con Mista y Aimar -tan zarandeados durante todo el curso por Ranieri- en punta, y dos interiores muy abiertos, que hoy, ante el Betis, en Mestalla, podrían ser Rufete y Fabio Aurelio. El regreso de Ayala al centro de la defensa también es previsible, pues el argentino fue uno de los bastiones del Valencia de Benítez. Ayala vuelve a una convocatoria tras recuperarse de una fisura en las costillas que se produjo el pasado enero.

Asumido el mando, López se ha desmarcado enseguida de la decepcionante etapa protagonizada por Ranieri. ¿Cómo? Ayer dejó fuera de la convocatoria al delantero italiano Bernardo Corradi, uno de los refuerzos que pidió el técnico italiano. Un claro síntoma de que pretende romper con todo lo que huela a Ranieri. Por eso, el regreso de Cañizares al grupo titular es otra de las decisiones que podrían marcar el debut de López, quien sabe de la influencia que tiene el portero de Puertollano en el vestuario. De hecho, Cañizares era parte de la guardia pretoriana de Benítez, uno de sus más firmes defensores.

El principal aval de Antonio López como entrenador es su paso por la selección boliviana, con la que llegó a disputar la final de la Copa América en 1997, que perdió ante Brasil. Al fútbol suramericano llegó en 1993 de la mano de Xabier Azkargorta, que le tuvo de segundo. Esta etapa fue una de las más enriquecedoras para el preparador cordobés, que también presenta algún que otro fracaso. Por ejemplo, fue destituido en el Lleida y el Sporting, a los que dirigió en Segunda División, en 1995 y 1998, respectivamente. En esto entronca con Benítez, quien antes de que su cotización se disparara al frente del Valencia había sido despedido en dos ocasiones: en la campaña 1995-1996 por el Valladolid y en la siguiente por Osasuna. Luego llegarían sus ascensos a Primera División con el Extremadura y el Tenerife, y su fulgurante paso por el Valencia, con el que ganó dos Ligas y una Copa de la UEFA. Testigo privilegiado de todo ello fue Antonio López, quien ahora tiene 14 jornadas por delante para enderezar el rumbo de un equipo eliminado de la Liga de Campeones, de la Copa del Rey y de la Copa de la UEFA.

Quienes le conocen afirman que tratará, antes que nada y por todos los medios, de reforzar la autoestima de una plantilla alicaída que suma seis jornadas sin conocer la victoria en la Liga. Quizá haya empezado grabando en la pizarra algún aforismo.