Buena mesa y un toque de 'glamour'

En Sevilla hay buenos restaurantes y casi para todos los bolsillos, pero es realmente difícil encontrar un sitio en el que la restauración y la atmósfera estén en sintonía y, más difícil aún, que esa sintonía tenga un toque de glamour. La doble pirueta la ha conseguido Naranja, un restaurante que se inauguró el pasado 13 de enero en la Alameda de Hércules, barrio en el que conviven modernos, artistas bohemios, noctámbulos y alternativos. Fabián Pérez, argentino de 39 años, dejó atrás Claraz, el pequeño pueblo de la Pampa Húmeda en el que nació, sus estudios de arte dramático y ocho años de actor, y se plantó en Ibiza con 24 años. Después de pasar por Cataluña, recaló en Sevilla en el año 2000 y montó en pleno barrio de Santa Cruz el hostal Airesevilla, una típica casa andaluza con sólo seis habitaciones pensada para una clientela de gays y lesbianas, pero en el que tiene cabida todo el mundo.
Naranja
Relator, 21. Sevilla.
Teléfono 954 91 50 80.
Abierto de martes a domingo, de 14.00 a 16.30 y de 21.00 a 0.30.
Naranja, que hace honor a su nombre en toda la decoración del local, es un cruce de caminos. Tiene un cocinero chileno, Christian Laval; el estilo limpio y moderno de muchos locales de Barcelona; el encanto de su propietario, que se preocupa porque todos se sientan a gusto, y los diseños de una joven artista sevillana, Olaya de Altoel Lápiz. Además, los baños encierran una grata sorpresa: las cerámicas de Juanma Herrera, de Barroco. El artista ha escrito naranja en 15 idiomas sobre los azulejos.
La carta, aunque corta, es sugerente y es fácil comer por menos de 15 euros. Una sugerencia: langostinos en mantequilla de naranja (6,50 euros) para compartir, seguidos de salmón fresco en salsa de azafrán (10,50 euros) o pollo en suave salsa de miel y mostaza (8,50 euros).
También se puede optar por compartir varias entradas de sabores atrevidos, como rollitos turcos de queso feta (5,50 euros), ensalada labané (6 euros) o verduras asadas con parmesano y vinagreta de naranja (5,50 euros). "Mi idea es que Naranja sea un sitio asequible a todos y que la gente perciba el amor y la honestidad que destila el local", afirma Fabián Pérez.

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