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Reportaje:FÚTBOL | Liga de Campeones: las secuelas del Barça-Chelsea

Bronca entre ayudantes

Cate, segundo de Rijkaard, se quejó al árbitro por el gol inglés y fue increpado por un asistente de Mourinho, pero la UEFA minimiza el incidente

El Chelsea puso el grito en el cielo y nunca mejor dicho porque lo que hizo, tras ser derrotado por el Barcelona (2-1), fue tirar la piedra y esconder la mano. Anunció que iba a quejarse ante la UEFA debido a un enigmático incidente y, alegando una ley del silencio que se sacó de la manga, evitó que su entrenador, José Mourinho, y sus jugadores efectuasen cualquier tipo de comentarios.

¿Qué pasó durante el descanso para que el Chelsea adoptara semejante postura? Los rumores se propagaron de manera inmediata. Las versiones, también, claramente matizadas según los colores de quien las ofrecía. Representantes de la UEFA presentes en el momento en el que se produjeron los hechos explicaron ayer a este periódico que la única irregularidad que se produjo durante el partido fue que Mourinho no compareció en la rueda de prensa en contra de lo preceptivo. Así lo rubricó desde Ginebra el delegado de la UEFA, el italiano Thomas Giordano.

Los mismos delegados del organismo federativo europeo relataron cómo se sucedieron los hechos que originaron la queja del Chelsea. "En el túnel de vestuarios y durante el descanso, Ten Cate

[el segundo entrenador del Barça] le comentó al árbitro [el sueco Anders Frisk] que se había producido un fuera de juego previo al gol del Chelsea". "En ese momento", prosigue la versión del representante de la UEFA, "el entrenador de los porteros del Chelsea empujó a Cate y empezó a gritar. Intervino el delegado del Barça, Carlos Naval. Hubo algún empujón más y nuevamente gritos. La conversación de Cate con el árbitro es absolutamente normal y es algo que se produce con relativa frecuencia. No tiene mayor importancia siempre y cuando no se insulte al colegiado".

Tras el encuentro, se dijo que el Chelsea recriminaba a Frank Rijkaard por haber hablado con el árbitro y algunas versiones apuntaban a que el colegiado había entrado incluso en el vestuario del Barça. "Lo que hizo Rijkaard cuando el árbitro se retiraba al descanso fue saludarle, algo que los entrenadores siempre hacen en los instantes previos al partido, pero que él, el miércoles, no había podido hacer", cuenta el representante de la UEFA. Otra posible confusión puede ser debida a que el árbitro, para llegar a su vestuario, tiene que pasar en el Camp Nou por delante del correspondiente al equipo local.

El Chelsea emitió ayer una nota en la que precisa que no hubo ningún incidente en el túnel de vestuarios del Camp Nou. "Tras el comunicado hecho público anoche (por el miércoles) por el Chelsea tras el partido de Barcelona, se ha informado en algunos medios de que hubo un incidente entre José Mourinho y un miembro del equipo de entrenadores del Barcelona. Ese incidente no ocurrió y el Chelsea puede confirmar que eso no formará parte del informe a la UEFA que estamos preparando", dice el comunicado.

El partido del Camp Nou ha provocado reacciones opuestas en la prensa londinense. Se impone ampliamente la visión de que la expulsión de Drogba jamás habría ocurrido en un partido de la Liga inglesa y que fue decisiva en el resultado. Todos los periódicos destacan las acusaciones de Mourinho contra Rijkaard, pero, mientras algunos ligan de manera indirecta esas acusaciones y la expulsión, otros se limitan a informar de las quejas del Chelsea.

Pero no faltan las críticas al juego del Chelsea y elogios a la capacidad de reacción del Barcelona. "Mourinho debería haber guardado sus imprecaciones para el irresponsable Drogba", escribe en The Guardian Kevin McCarra, que cree que la expulsión del jugador africano se ajusta al criterio de los árbitros en el continente y estima que los jugadores del Chelsea deberían haber tenido eso en cuenta.

Ten Cate.
Ten Cate.

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