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El consumo y los bienes de equipo impulsan al 2,7% el crecimiento económico en 2004

El sector exterior cierra su peor ejercicio desde 1989 al restar 1,7 puntos al PIB

Lucía Abellán

La economía española creció un 2,7% el año pasado, dos décimas más que en 2003, animada por la buena marcha del consumo y de la inversión. Al contrario que otros años en que sólo la construcción se aceleraba, 2004 ha representado el despegue de los bienes de equipo, la inversión más productiva, que ha crecido el 5,8%. La construcción, lejos de enfriarse, ha elevado su crecimiento. La nota negativa corresponde al sector exterior, que ha restado 1,7 puntos de crecimiento, un indicador clave de la pérdida de competitividad. Se trata del peor resultado anual desde 1989.

El producto interior bruto (PIB) registró el año pasado el mayor crecimiento desde 2001, con un 2,7%, según los datos que hizo ayer públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra supera en una décima la previsión oficial, que quedó en el 2,6% después de una revisión a la baja. El mayor crecimiento ha sido posible por una aceleración de la economía en el último trimestre del año, que impulsó un avance del 2,7% en esa última parte del ejercicio, igual que la media anual.

El crecimiento, un punto superior a la media europea, ha contado este año pasado con un elemento diferencial respecto a otros ejercicios. La economía lleva años descansando casi exclusivamente en la bonanza del consumo y la construcción. A estos dos elementos, que volvieron a resultar fortalecidos, se ha unido en 2004 un importante auge de los bienes de equipo. De crecer un 1% en 2003 han pasado al 5,8% en 2004, el mayor crecimiento en esta partida desde 1999. El bajo nivel de los tipos de interés, que permiten endeudarse más fácilmente para comprar material, y el récord de beneficios que están registrando las empresas españolas propician este tipo de inversión.

Ese buen resultado encuentra también reflejo en la evolución del sector industrial durante 2004, que ha crecido un 2,2% frente al 1,3% del año anterior. Para el secretario de Estado de Economía, David Vegara, esta aceleración supone un "cambio de tendencia" en el crecimiento: la inversión productiva toma el relevo sin que el consumo y la construcción se resientan.

Gasto electoral

Así, el consumo ha continuado sosteniendo la bonanza económica, con un avance del 3,8%, siete décimas más que en 2003. La aceleración no provino sólo del gasto de los hogares, que avanzó un 3,5% frente al 2,9% de 2003. También el consumo de las administraciones públicas aumentó un punto, hasta el 4,9%, un dato marcado por la cita electoral del año pasado (los comicios de 14 de marzo) y por las transferencias sanitarias a las comunidades autónomas, que incrementan el gasto, según explican en Economía.

El otro pilar que ha sustentado el crecimiento en los últimos años, la construcción, está lejos de desacelerarse, como previeron algunos expertos. El crecimiento se ha situado en el 4,4%, una décima más que en 2003. A este empuje han contribuido tanto la inversión residencial como las infraestructuras.

Todos esos incrementos han permitido un crecimiento de la demanda interna superior al de 2003 (4,4% frente al 3,3%). Pero el sector exterior ha malogrado ese crecimiento potencial al detraer 1,7 puntos al PIB. La brecha entre importaciones y exportaciones ha arrojado unos números rojos superiores a los de otros años. El resultado es que el sector exterior ha obtenido las peores cifras desde 1989 y encadena ya siete años seguidos de descensos. Es prácticamente el único indicador que empeora respecto a lo previsto por el Gobierno, que esperaba una aportación negativa de 1,5 puntos.

La pérdida de terreno en el sector exterior es uno de los principales signos de caída de la competitividad de la economía española. Para intentar paliar esta y otras deficiencias de los mercados, el Gobierno aprobará mañana un plan de dinamización de la economía, del que se extraerá un primer paquete de medidas de aplicación inmediata.

Los malos resultados del sector exterior obedecen a que las importaciones, principalmente las de bienes, crecen con mucho más vigor (el doble) que las exportaciones: el 9% frente al 4,5%. Aunque el Ministerio de Economía argumenta que gran parte de esas importaciones son de bienes de equipo y que, por tanto, se traducen en más crecimiento, lo cierto es que esa demanda de bienes no puede cubrirse con la producción del país, sino que es preciso acudir al exterior. En el segundo semestre del año, la importación de bienes de equipo se disparó un 20%, según Vegara.

El último trimestre del año marcó una ligera mejoría en este aspecto. La recuperación del turismo extranjero en España arrojó mejores datos de exportaciones, que contribuyeron a equilibrar algo más el saldo exterior. Pese a todo, restó 1,9 puntos al crecimiento, una décima menos que en el tercer trimestre. En bienes de equipo, sin embargo, se produjo una desaceleración respecto al periodo comprendido entre julio y septiembre, al contrario que en construcción, que aceleró tres décimas el crecimiento.

365.000 nuevos empleos

También el empleo resultó mejor de lo previsto. Con un avance del 2,1%, frente al 1,7% de 2003, la economía española creó 365.000 puestos a tiempo completo. Las previsiones macroeconómicas del Gobierno fijaban un total de 342.300 empleos. Pese a todo, cualitativamente el empleo arroja desequilibrios, pues sólo las ramas de construcción y servicios crecen. El resto (industria, energía y agricultura) arrojan caídas.

Tampoco la productividad, el principal objetivo de la política económica del Ejecutivo, obtiene resultados satisfactorios. A lo largo del año pasado avanzó un 0,6%, una décima menos que el año anterior.

Vicente Martínez Pujalte, del grupo parlamentario del Partido Popular, reprochó al Gobierno que "no haga nada" en economía y pidió iniciativas para frenar la pérdida de competitividad exterior. Para Javier Alcázar, de Izquierda Unida, el crecimiento sigue descansando "en exceso" en la construcción y en el consumo. UGT considera necesario "un nuevo modelo productivo que apueste por el empleo de calidad", mientras que CC OO pone el acento en los "desequilibrios" de la economía en inflación y sector exterior. En sentido opuesto, las Cámaras de Comercio perciben un patrón de crecimiento "más sostenible" como consecuencia de la aceleración de la inversión.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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