Dinamitado el símbolo de la especulación en la Costa Brava

Los ecologistas brindaron ante sus ruinas. El Fluvià Nàutic, el degradado armazón de un edificio de seis plantas situado en la desembocadura del río Fluvià, en Sant Pere Pescador (Alt Empordà), fue derruido ayer por la mañana mediante una voladura controlada. El edificio inacabado, situado en un terreno de 1.375 metros cuadrados, se desplomó en cuatro segundos. El secretario de Planificación del Departamento de Política Territorial, Oriol Nel·lo, afirmó que el derribo es el símbolo de las políticas que el Gobierno de la Generalitat quiere impulsar en el litoral catalán.

El edificio, que se empezó a levantar en los años setenta, pretendía convertirse en la punta de lanza de una lujosa urbanización con canales y embarcaderos privados similar a Empuriabrava. Las primeras protestas ecologistas y la crisis y litigios de las empresas promotoras, entre las que se encontraba Rumasa, frenaron el proyecto tras el trabajo de los encofradores. El Gobierno catalán compró recientemente el terreno por sólo 20.000 euros. Ahora deberá negociar con el resto de los propietarios de los terrenos adyacentes para integrarlos en el parque natural de los Aiguamolls.

La zona ocupada por el edificio incumplía la actual Ley de Costas. Se trata de un terreno con riesgo de inundaciones. Los únicos ocupantes de la degradada estructura, con espectaculares vistas al mar, eran los murciélagos.