Jesús Gracia Tenas, maestro de la jota
Jesús Gracia Tenas (Lécera, Zaragoza, 1922) murió en Zaragoza a los 82 años tras una vida dedicada a estudiar y difundir la jota cantada dentro y fuera de su tierra y más allá de las fronteras españolas. Gracia tenía una voz privilegiada de tenor, de su garganta salieron las mejores notas de un estilo en tantas ocasiones destrozado y maltratado. Escucharle provocaba silencio y respeto y cierto escalofrío al notar la seriedad, el rigor y el alma que ponía en cada momento. Llegó a cantar hasta 200 estilos de jota. Ganador de concursos y certámenes desde 1945, cuando logró el primero en el Certamen Oficial de Jota, en Zaragoza. En 1950 es premio extraordinario Pascuala Perié, el Campeón de Campeones. Gracia fue un trabajador incansable, que decía hace poco: "Hay que sacrificar muchas cosas, estudiar mucho, renunciar a algún vicio y cuando llegas y ves lo que te ha pasado es como si te echan a una piscina sin saber nadar y cuando llegas a la orilla dices ¡caramba, he aprendido!, pero cuesta mucho sacrificio". Su voz arrasaba y se le prohibió participar en los concursos durante nueve años. En 1959 logra el título de campeón de Aragón en su primera convocatoria. Nunca más se presentó a otro concurso.
Ahora, la jota llora a este hombre excepcional que colaboró con Demetrio Galán Bergua, el gran investigador de la jota aragonesa, en la organización de los actos de exaltación de la jota que celebraron los ateneos de Zaragoza, Madrid, y en la Universidad de Jaca. Ése fue el origen de sus grabaciones en Radio Zaragoza de la Antología de la jota cantada, en las que recopiló y estudió más de cien tonadas en sus distintos estilos. Fue el mejor embajador de un estilo que llevó por España, Francia, Bélgica, Italia, Holanda, Portugal, Cuba y Colombia. Gracia estaba en posesión de numerosas distinciones: Premio Santa Isabel de la Diputación de Zaragoza; hijo predilecto de su pueblo, Lécera; Medalla de Oro de Zaragoza; el Ayuntamiento de Zaragoza le nombró en el 2003 hijo predilecto. Una calle lleva su nombre en el zaragozano barrio de La Jota, pero sin duda fue un hombre excepcional al que lloran quienes le conocieron. Conchita Carrillo, entusiasta del estilo que representa a Aragón y difusora de él, asegura que "su voz, junto a la de José Oto, eran únicas. Gracia fue un hombre que no admitía concesiones. Era un purista. Afortunadamente, quedan de él sus grabaciones".-
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