Urbaneja afirma en un voto discrepante que el texto "no es respetuoso con el contribuyente"

Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y uno de los cinco sabios, discrepa. En un voto particular contrario al dictamen, afirma que el informe "no es respetuoso con el contribuyente español" y que el texto "apenas modifica el modelo jurídico actual pese a su inoperancia". Según González Urbaneja, "la raíz del problema está en una gestión deficiente que conduce al descontrol y el despilfarro", y el informe aprobado "reinventa el mismo modelo aliviándole la deuda engendrada durante estos años". Además, acusa al resto de sabios de falta de realismo.

En un voto particular de nueve folios, González Urbaneja afirma que sus discrepancias surgieron desde el principio, principalmente por los contenidos económicos: "El consejo ha sido remiso a la hora de abordar los problemas financieros y de gestión, pese al mandato expreso del decreto ley de creación del consejo". González Urbaneja denuncia que el trabajo del "experto económico designado por el ministro de Economía ha sido serio y bien fundado, pero el consejo no ha estimado sus propuestas de fondo".

El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid afirma que la propuesta de financiación (que el Estado asuma la deuda y aumente su participación en RTVE) "es continuista y está insuficientemente fundamentada, tiene alto riesgo de tropezar con la Comisión Europea (que está a la espera de este informe) y no es respetuoso con el contribuyente español". Y añade: "El informe acepta que la radiotelevisión pública española es barata, [...] para concluir falazmente que su presupuesto es modesto". González Urbaneja responde que "España padece uno de los sistemas de televisión más costosos del mundo, en términos relativos y absolutos". "Si al coste de la televisión estatal se añade el de las autonómicas, que también son públicas, el gasto anual supera los 3.000 millones".

El dictamen del comité propone reducir la publicidad en TVE, algo que se hace "sin analizar las consecuencias", según González Urbaneja. Éste sostiene que "el problema nuclear de RTVE está en el gasto, desmesurado y descontrolado", y en "el pésimo uso de los recursos humanos". Sin embargo, "el informe no repara en este problema central y prefiere referirse a otros, confundiendo causas y consecuencias".

González Urbaneja coincide con los demás sabios en que el estatuto que desde 1980 rige RTVE es inadecuado, pero eso, según él, no lo convierte en la causa de la crisis. La solución adoptada por el comité "reinventa el mismo modelo aliviándole la deuda engendrada durante años". González Urbaneja afirma que RTVE necesita "todas las herramientas de una sociedad mercantil, sin merma de los resortes de control público". "Requiere un traje jurídico y societario ad hoc, que propicie su independencia y una gestión austera y eficiente".

Para González Urbaneja, el endeudamiento "es la fiebre que revela la infección, pero no la infección", y recuerda al resto de sabios que "no se pueden confundir déficit y deuda". Según el periodista, "la solución no viene de abolir el endeudamiento, sino de evitar el déficit de explotación; [...] el problema está en el desinterés por el gasto y la despreocupación para aumentar los ingresos".

Además, critica que el informe "consagra un sistema desleal de doble financiación, que denomina mixta, sin separar o escindir, nítida e inequívocamente, la programación de servicio público de la programación comercial". Otro de los puntos que critica el voto particular es la regulación de la programación, "materia especialmente compleja para quienes carecen de la más elemental experiencia en el medio". "Proponer programas, coberturas, exigencias y objetivos ambiciosos de parrilla y de canales sin detenerse un momento a calcular cuánto cuestan revela poca responsabilidad y menos realismo".

Con todo, González Urbaneja le reconoce aspectos positivos al informe. El periodista apoya la creación de un consejo audiovisual independiente y resalta que la reforma "pone coto al clientelismo político, tan dañino para RTVE, a la hora de designar el consejo de administración".