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El gigante suizo Novartis se convierte en el primer fabricante mundial de genéricos

La multinacional farmacéutica compra Hexal y el 67% de Eon por 6.000 millones de euros

El remolino de concentraciones que el sector farmacéutico viene protagonizando en los últimos años no cesa. Y en este caso, con una fusión transfronteriza. Novartis, quinto gigante del sector, anunció ayer la adquisición del segundo fabricante de genéricos de Alemania, el grupo Hexal, y también el 67,7% de su filial estadounidense Eon Labs, primer productor de genéricos en EE UU. El precio de la operación, que coloca a Novartis en el primer puesto del mercado mundial de genéricos, asciende a 5.650 millones de euros, y se elevará en otros 778 cuando la compra se complete.

La propia Novartis nació, hace sólo nueve años, de otra fusión, la de Ciba-Geigy con Sandoz. Y precisamente la marca Sandoz, recuperada para la división de genéricos de la multinacional, es la pata del grupo que protagoniza la operación anunciada ayer.

Los genéricos de Sandoz suponen un negocio para el grupo Novartis de 3.045 millones de dólares, dentro de los 18.487 millones que aportan las actividades puramente farmacéuticas al negocio total de la compañía (28.247 millones en 2004). Al margen de esta división farmacéutica, el resto de ingresos de Novartis los aporta la división de Consumer Health o de productos para cuidar la salud.

Lo que Novartis ha comprado es el 100% de un grupo (Hexal, con unas ventas de 1.650 millones) y el 67,7% de una filial de éste (Eon Labs, que ingresa 431 millones) que han sido fundadas por dos hermanos gemelos: Thomas y Andreas Strüngmann. Novartis comprará el resto de Eon en una oferta a 31 dólares por acción (988,9 millones de dólares en total, o 788 millones de euros).

El grupo resultante de esta integración -Sandoz, Hexal y Eon Labs- suma unas ventas agregadas, según los datos del pasado ejercicio, de 5.100 millones de dólares y una cartera de más de 600 principios activos.

Costes y plantilla

La integración arrojará unas sinergias de costes de 200 millones de dólares, que se lograrán "principalmente", aunque no sólo, en la producción. El comunicado difundido por la multinacional admite que habrá que acometer "necesarios recortes en la fuerza laboral", pesar a que, a la larga, "el panorama de fuerte crecimiento para Sandoz creará puestos de trabajo". Un portavoz dijo desde Suiza que no podía aún concretarse a cuántas personas afectarán los recortes de plantilla ni tampoco en qué países se concentrarán. "Es algo habitual en las fusiones del sector, pero aún se estudia cómo se producirá la integración país por país". En España, Novartis apuntó que "en principio, no debería haber ningún impacto". Las empresas adquiridas no tienen una gran presencia en el mercado español, donde los genéricos no acaban de despegar.

Novartis emplea a 81.400 personas, 1.972 de ellas en España. La suma de su división de genéricos (Sandoz) más las dos empresas adquiridas arrojan una cifra ligeramente superior a los 20.000 empleados.

El presidente y primer ejecutivo del grupo, Daniel Vasella, explicó en una conferencia telefónica que su empresa aspira a controlar un 10% del mercado mundial de genéricos. Según France Presse, este mercado de medicamentos cuya patente ha expirado se valora en unos 58.000 millones de dólares. Pero, de acuerdo con los cálculos de Novartis, este mercado debería dar un salto hasta los 93.000 millones de dólares en 2009. Los genéricos se consideran esenciales para combatir pandemias como el sida en países menos desarrollados, pero también son cruciales para responder a las necesidades de los pacientes en los países industrializados y en desarrollo "por la presión de costes debido a la demanda creciente de una población que tiende a envejecer", añadió Vasella.

Novartis ha hincado el diente en dos países clave para el segmento de los genéricos: el primer y el segundo mercados, Estados Unidos y Alemania. Novartis explica que se duplicarán en Norteamérica y crecerá un 50% más en Europa. La empresa se convierte en la primera fabricante a escala mundial por ingresos -ya que desbanca a la empresa israelí Teva-, la primera también en Europa.

España pesa

Novartis tiene su sede española en Barcelona y es en Cataluña donde agrupa a sus cuatro centros de producción en España. El mayor de ellos es la planta de especialidades farmacéuticas de Barberà del Vallès, a la que sigue la planta de Parets del Vallès, anclada en la división Nutrisan, que fue segregada del grupo el año pasado y que posiblemente acogerá varias líneas de producción desde Alemania. Las otras dos plantas pertenecen precisamente a Sandoz Industrial Products, o el sector de los genéricos. Se trata de la fábrica de materias primas de antibióticos de Les Franqueses del Vallès y la planta de Palafolls, que ha permitido a Novartis empezar a fabricar en España penicilinas inyectables.

La sede de Barcelona, donde Novartis tiene además su centro mundial de farmacoepidemiología, ha tenido recientemente el espaldarazo del grupo al convertirse en cuartel general de la nueva región intercontinental de 55 países que corresponde a los mercados emergentes. El responsable de esta zona, que incluye a China, India o Rusia, países considerados con enorme potencial, es el presidente de Novartis en España, Jesús Acebillo.

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