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Entrevista:CICLISMO | Presentación del Liberty-Wurth

Manolo Saiz: "Somos el mejor equipo del mundo"

En una nave de un polígono industrial a las afueras de Madrid, donde la empresa de tornillería Wurth tiene su sede, Manolo Saiz se sintió ayer tan feliz que se apoderó, de palabra, del pasado, del presente y del futuro del ciclismo mundial. "Somos el mejor equipo del mundo", dijo; "Somos, como dijo Miguel Indurain, el equipo-faro del ciclismo mundial". Después miró a su auditorio. A los presidentes de Liberty Seguros y Wurth, sus patrocinadores; al presidente de la federación; a su socio, Manuel Piñera; a los representantes de la Vuelta a España, que, corteses, permanecieron de pie; a Bahamontes, que ha organizado un museo ciclista en los bajos... Miró a todos, pensó en lo dicho y matizó: "Quizás me haya pasado de valentón".

Fue un lapso de humildad pasajero. Saiz recuperó rápido la autoestima de quien se sabe factotum de la UCI, del UCI ProTour -el circuito que agrupa a las mejores carreras y a los mejores ciclistas-, de la preparación científico-técnica... "He visto las imágenes que resumían nuestro 2004 y me he fijado en que el 90% correspondían a la Vuelta", dijo; "eso está muy bien porque es mi carrera favorita, pero no vale. Tenemos que mantener una regularidad estable".

Saiz, que llegó al ciclismo en 1989 con el ONCE, aún no ha podido ganar ni el Tour ni el Giro ni ninguna clásica de la Copa del Mundo, las carreras que forman el esqueleto del ProTour. Pero para llenar ese hueco, y precisamente el año de la inauguración del ProTour -como recordatorio: en la presentación del equipo se pasaron por la pantalla todas sus fechas-, Saiz ha fichado a la promesa italiana Michele Scarponi, ha recuperado a su querido Joseba Beloki -tres veces podio en el Tour- y confía en que Roberto Heras, ganador de la pasada Vuelta, llegue a punto.

Pero quizás lo más interesante del equipo, más que la presentación, que la fábrica, que los delirios de grandeza y que el museo, fue lo menos exhibido, los ciclistas que se quedaron a la sombra, la tercera fila, fuera de focos, disueltos en la masa de 26 corredores de la plantilla. Los jóvenes. Curiosamente, Saiz no lo dijo, pero de ello sí que puede alardear: tiene a los jóvenes más prometedores del ciclismo español.

Allí estaban Luis León Sánchez Gil, de 21 años, el gigante de Mula, que empezó a pedalear a los cinco años para acompañar a su padre. "Estaba de guardia civil en el País Vasco y en un atentado le hirieron muy grave en las piernas", explica; "para la rehabilitación le aconsejaron pedalear y para no ir solo nos compró a los hermanos una bicicross y allí empecé". El murciano ha sido sucesivamente el mejor juvenil y el mejor amateur español. Será, quizás, el mejor profesional. Este año ha ganado una carrera en Australia.

O gente como Alberto Contador, de Pinto, de 22 años, que muestra en la barbilla y en la cabeza las cicatrices de una caída y de una operación que por poco le apartan del ciclismo. En noviembre volvió a entrenarse. En febrero ya ganó otra prueba en Australia.

Manolo Saiz.
Manolo Saiz.

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