Los niños de Puerto Real utilizan los buzones de sugerencias para reclamar más limpieza y materiales

Veintidós buzones de Puerto Real (Cádiz) se han llenado de sugerencias infantiles. Son los que ha colocado el Ayuntamiento en diferentes colegios de la localidad e instalaciones municipales como un instrumento para escuchar y hacer participar a los niños a través de sus quejas y opiniones sobre el mundo que les rodea. En el último curso, se han recibido 863 cartas, en las que los más pequeños han reclamado, entre otras reivindicaciones, más limpieza, mejores materiales y nuevas actividades de ocio.

El gran porcentaje de peticiones (52%) se ha centrado en nuevos recursos didácticos, es decir más materiales. Horarios más flexibles, medios audiovisuales, libros de texto, aulas de informática, laboratorios, comedor y espacios deportivos para el recreo son algunos ejemplos de las peticiones que contenían las papeletas de los denominados Buzones de la Infancia.

Los principales destinatarios eran los menores de 16 años residentes en Puerto Real, aunque se ha hecho especial hincapié en los pequeños escolarizados en Educación Infantil y Primaria. Los más participativos, de hecho, han sido los que tienen entre ocho y 11 años, y más las niñas, que los niños.

Esta iniciativa ha sido desarrollada con la colaboración de UNICEF y ha sido una de las más valoradas para que esta organización haya concedido a Puerto Real la denominación de Ciudad Amiga de la Infancia, junto a Alzira (Valencia) y Lleida, un reconocimiento que premia la labor de las administraciones locales en política de participación infantil.

De hecho, desde este mes la ciudad presume del galardón con carteles identificativos repartidos por las principales calles y los centros escolares donde se colocaron los buzones. Del análisis realizado por los responsables municipales, se extrae que de las quejas escolares lo que más preocupa a los niños de Puerto Real es la falta de recursos didácticos, como comedor, material, excursiones o un buen horario. Le siguen los problemas del mobiliario exterior, como la ausencia de zonas de juego en el patio, papeleras o fuentes.

También se lamentan del aburrimiento que padecen por la carencia de actividades, la "vejez" de sus colegios o la obligatoriedad de llevar uniformes. En las cartas hay espacio para aspectos positivos como alabanzas para algunos profesores.