Flujo estudiantil con Europa: vienen más que se van

A estas alturas y después de concederle el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional casi nadie desconoce el significado del programa Erasmus, pero todavía son pocos los estudiantes españoles que deciden probar suerte en Europa si se compara con las entradas registradas. La directora de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Universitat de València, Inés Fernández, lo ilustra con el ejemplo de su universidad, donde el pasado año recibieron 1.200 alumnos europeos frente a los 900 estudiantes valencianos que se marcharon. Por los convenios suscritos se podrían marchar hasta 1.500 estudiantes de la Universitat de València al año.

Para fomentar la movilidad estudiantil entre sus alumnos y equiparar el número de salidas y entradas, la Universitat de València, a través del Vicerrectorado de Política Científica y Cooperación, del que depende la Oficina de Relaciones Internacionales, organizó entre el 15 y el 17 de febrero la II Semana Internacional Erasmus.

Las universidades aspiran a que el 10% de su alumnado participe de 'erasmus'

Durante tres días cuatro facultades (Economía, Ciencias Sociales, Farmacia y Filosofía), situadas en los tres campus, se erigieron en las embajadoras de esta iniciativa que el año pasado emprendió en solitario la Facultad de Economía.

Becarios, todos antiguos erasmus, coordinadores y alumnos extranjeros atendieron los puntos de información, auténticos escaparates, donde era posible acceder a la solicitud de intercambio. Y es que hoy expira la fecha para solicitar el programa SICUE (Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles) y el próximo día 25 el de los intercambios internacionales.

En segunda instancia, Inés Fernández plantea que "tanto su universidad como otras instituciones europeas aspiran a que el porcentaje de intercambios se eleve al 10%". Ahora los erasmus de la Universitat que viajan a Europa suponen el 2% de su alumnado.

A la espera de la respuesta de esta convocatoria Fernández manifiesta su satisfacción puesto "se han repartido más de 3.000 folletos informativos". Y además concluye que la Universitat prevé incrementar el 25% del presupuesto asignado a la beca erasmus de sus estudiantes y abrir una nueva oficina en el campus de Burjassot.

Actualmente la oficina universitaria se ubica en Blasco Ibáñez aunque hay coordinadores en todas las titulaciones y en algunos casos como la Facultad de Economía. Aquí hay una oficina propia que es atendida por seis coordinadores, nueve becarios y dos administrativos, además de la videcena de Relaciones Internacionales del centro, Delfina Soria, quien constata también la divergencia de admisiones y salidas en su centro: 195 alumnos frente a las 430 recepciones. Otro fenómeno que se está produciendo, según relata, es la llegada de estudiantes extranjeros que buscan el subterfugio del erasmus para realizar otras funciones, como un trabajo de investigación. Con respecto a los estudiantes valencianos manifiesta que el mayor interés lo generan las universidades anglosajonas, por el idioma. Por último, señala que la facultad de Economía está realizando un estudio del grado de éxito académico de los estudiantes erasmus, lo que les permitirá "ser selectivos a la hora de renovar convenios con las universidades".

"La mayoría de los universitarios ha oído hablar, pero se esperan y si se descuidan, como acaban de salir de exámenes, se les acaba el plazo", comenta el becario Josep Maria Ferrando que realizó dos cursos en Marsella. Añade que "quien no venga a informarse es porque no le interesa el programa". Unas flechas adhesivas en el suelo conducen a los stands informativos.

Ángel Sánchez, que pertenece a una de las asociaciones erasmus más mayoritarias, informa voluntariamente a los estudiantes porque desde su erasmus en Bélgica está "enganchado" a la necesidad de compartir otras experiencias similares. La misma disposición que demuestra Analía Ferrer ganadora del concurso de fotografía que organizó Economía junto con un concurso de relatos.