Los mercados se frenan
La Bolsa ha superado las expectativas y busca otros alicientes
La Bolsa ha roto la trayectoria alcista después de tres semanas consecutivas al alza debido a la irregularidad de los indicadores económicos y a la acumulación de ganancias que, en muchos casos, han superado las previsiones para el conjunto del año. El Ibex 35 termina con un descenso del 0,19%.
La trayectoria alcista de la Bolsa española se ha visto frenada por la propia acumulación de plusvalías en un buen número de valores, que han llevado a los índices a superar la mayoría de las expectativas que manejaban los analistas al comienzo del ejercicio.
La incertidumbre de los indicadores económicos deja a los mercados en una posición incómoda y con los beneficios empresariales como único argumento para mantener la tensión en un mercado con vocación alcista.
El Ibex 35 cierra esta semana con un descenso del 0,19% que tanto puede interpretarse como el final del ciclo alcista como de un simple descanso, pero la situación geopolítica, particularmente en Oriente Medio, amenaza con romper ese precario equilibrio que han conseguido las bolsas.
Los vaivenes del precio del petróleo apenas han entrado en las evaluaciones cotidianas de las bolsas, pero a nadie se le escapa que su cotización ha vuelto a subir y que las recientes tensiones en Oriente Medio pueden mantenerla en esa dirección. La pérdida de peso del petróleo entre los elementos más influyentes se ha debido, sobre todo, a que las presiones que ha ejercido sobre la inflación han sido mucho menores de lo estimado en un primer momento, pero esa interpretación sólo ha sido posible ante el descenso de su precio.
En un entorno más cercano, los inversores se plantean como un problema la aparente imposibilidad de una toma de posiciones en la banca española. El reciente caso de Sacyr Vallehermoso y el BBVA lleva a algunos inversores a considerar que si los mercados consideran invulnerables a los bancos españoles su capacidad de generar valor será cada día menor.
Si el mercado español ha perdido interés por la propia altura de las cotizaciones, los datos que llegaban de fuera no animaban a los inversores a apostar por la continuidad. En Estados Unidos el arranque del ejercicio está siendo demasiado débil, con un descenso en enero de las ventas al por menor, el retroceso de los índices adelantados de actividad económica y, consecuentemente, de la confianza de los consumidores, según datos de febrero.
La Bolsa estadounidense no consigue arrancar debido a la acumulación de datos que apuntan hacia una economía más débil de lo esperado y su estancamiento afecta en parte a los mercados europeos, cuya apuesta por los beneficios empresariales parece insuficiente para hacer frente a un crecimiento débil.
A pesar de todo, la contratación se ha mantenido alta, con más dinero en operaciones "abiertas" y un descenso en la actividad institucional.
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