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Reportaje:TECNOGENTE

Bernabé Hurtado de Mendoza, especialista en reproducción

Este ginecólogo, que mantiene un consultorio gratuito en Red, ha conseguido deshacerse de los documentos en papel en su clínica de fertilidad

Ana Alfageme

Bernabé Hurtado de Mendoza tiene en el despacho tres tablas flamencas del siglo XVII y un ordenador portátil sin cables que le abre las historias clínicas de 6.000 pacientes. El gusto por las antigüedades le viene de familia, y el amor a la tecnología, por inquietud. Seguramente la misma inquietud que, casi recién egresado y tras el nacimiento de la primera niña probeta, le llevó a Estados Unidos a aprender cirugía a través del endoscopio y reproducción asistida, el nuevo milagro de finales de la década de 1970.

Ahora, cuando puede presumir de ser el padre científico de más de 3.000 niños, se precia también de haber conseguido eliminar los papeles de la consulta. Incluso teclea el texto de los medicamentos que prescribe y luego imprime la receta. Los informes los entrega en disquetes. Hurtado de Mendoza sólo usa el bolígrafo para firmar.

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"La gente se resiste a no llevarse el documento en la mano, así que además, los tengo que imprimir", comenta un poco perplejo el especialista, de 53 años, que prefiere luchar él mismo con el power point para preparar conferencias y clases que dejarlo en manos de otros. Hasta busca fotografías y dibujos humorísticos en la Red para que sus presentaciones resulten más entretenidas.

En 2000, cuando mudó el Instituto Ginecológico La Cigüeña a su sede madrileña actual, se encontró con 18 muebles llenos de papeles, el resultado de 25 años de trabajo en reproducción asistida. "Me eché las manos a la cabeza", recuerda. "Decidí que había que informatizarlo todo". Por entonces, ya regalaba vídeos ecográficos de los fetos a los padres y era un veterano en el uso de Internet.

En 1996 montó una web, "cuando sólo las empresas grandes poseían su página", reconoce el webmaster actual, David Pueyo, un informático de 28 años que también ha diseñado las aplicaciones específicas de la clínica. Éstas son el resultado de pedir lo imposible (el ginecólogo) y hacer lo que se puede (el informático).

El último invento de Hurtado de Mendoza tiene poco más de un mes: una página rediseñada y bilingüe en la que se puede consultar gratuitamente con el médico, que contesta a diario a las preguntas. "Es un gusto, la verdad es que dan ganas de dedicarse sólo a esto", dice el ginecólogo con ardor de novicio.

También es teleprofesor (imparte un master en Reproducción Asistida en la Universidad Nacional de Educación a Distancia a muchas de cuyas clases se accede por videoconferencia) y ha sido divulgador (en revistas femeninas y en RNE, en el programa El médico en casa).

El consultorio virtual recibe una media de 15 preguntas diarias. ¿Lo más frecuente? Problemas, claro de fertilidad, aunque está abierto a todo tipo de cuestiones. Generalmente se trata de mujeres que inician su mensaje electrónico diciendo: "Llevo casada seis años y no consigo quedarme embarazada...", y finalizan, "¿cuándo debería acudir al médico?". ¿Lo más peregrino? "Una señora que me pidió que escribiera un e-mail a su marido para decirle que para hacerse un seminograma (análisis del esperma) no había que explorarle los órganos genitales". ¿Y lo escribió? "Claro, y la mujer me contestó, agradecidísima". ¿La anécdota? "Pues un mensaje de una australiana. Le remití a un centro muy bueno que hay en Melbourne".

David y Bernabé, que han tenido que convencer de su tecnocruzada a los otros dos ginecólogos, los dos biólogos, el anestesista y las secretarias del centro (hay seis terminales de ordenador) se proponen ahora innovar la página (en la que también se puede pedir cita) cada seis meses. El próximo objetivo, convertirla en accesible para discapacitados, con un programa cedido por la ONCE, asociación con la que trabajó el ginecólogo.

Sobre la elegante mesa de madera oscura de la recepción sólo hay una pantalla y un teclado. ¿Y la agenda de las consultas? "Un día las tiré a la basura, de tal manera que ahora las secretarias, que también se resistían, tienen que usar la aplicación en el ordenador". Cuando llega una paciente, la recepcionista señala su nombre en la página "Citas de hoy". Así el médico, desde su despacho, sabe quién está en la sala de espera. No es telepatía.

LACIGUENIA: www.laciguenia.com

Bernabé Hurtado de Mendoza, con su <i>webmaster, </i>David Pueyo.
Bernabé Hurtado de Mendoza, con su webmaster, David Pueyo.LUIS MAGÁN

'Cibercitas' a deshora y donación de óvulos

Pedir cita al ginecólogo... después de cenar o un domingo por la tarde. Propones la hora y el día que te conviene y esperas confirmación por correo electrónico. Parece un sueño, ¿no? Pues no. Sólo cuatro pacientes en un mes han usado la cita on line de la web del Instituto Ginecológico La Cigueña. "Quizá el sistema genera desconfianza y además, nosotros estamos al teléfono todo el día", dice Hurtado de Mendoza.

La página tiene también un tablón de anuncios en el que se reclaman donantes de óvulos, material biológico éste que ha de usarse en pocas horas y no se puede congelar, como ocurre con el esperma.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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