El Año del Gallo
El pasado día 9, los chinos de todo el mundo festejaron la llegada de un nuevo año: el Año del Mono pasó a mejor vida y empezó el Año del Gallo, que según el horóscopo chino pinta bastante bien, ya que favorecerá los acuerdos de ámbito internacional y la solución de viejos conflictos. El trabajo creativo también saldrá beneficiado y los solteros tendrán una gran oportunidad para formar una familia. Los nacidos en el Año del Gallo (o sea, en 2005, pero también en 1993, 1981, 1969, 1957, 1945, etcétera) suelen ser gente independiente y confiada que se caracteriza por tener una mente muy ágil y por ser, como los gallos, observadores muy atentos. Eso sí, a veces son un poco excéntricos y les cuesta relacionarse. Entre los gallos famosos tenemos a Eric Clapton, Michelle Pfeiffer, Rod Stewart, Diane Keaton, Neil Young, Yoko Ono, Errol Flynn y Groucho Marx.
Según el calendario chino, el Año del Gallo favorecerá los acuerdos internacionales y que los solteros puedan formar una familia
Ya se sabe que lo de los horóscopos no es siempre fiable, pero no puede negarse que entretiene. El lío empieza con las parejas mixtas, cada vez más abundantes. ¿Qué hacer si el horóscopo occidental y el chino se contradicen? ¿Es buena la suma de Cabra y Acuario? ¿O es mejor Perro y Escorpión? En fin, un lío. Para aclarar las cosas (o para complicarlas aún más) diremos que el año chino consta de 12 meses y que cada mes empieza con la Luna Nueva. Cada año recibe un nombre de animal; después del gallo vendrán el perro, el cerdo, la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono... y vuelta a empezar. Dado que el ciclo lunar dura unos 29,5 días, el mes se redondea en 29 o 30 días, y para sincronizar el ciclo lunar de 354 días repartidos en 12 meses (29,5 x 12 = 354) con el ciclo solar de 365 días se añade un mes cada 2,7 o 3 años. En resumen, la cosa va variando y que el Año Nuevo chino no tiene un día fijo de inicio.
A lo que íbamos: si bien el Año Nuevo chino suele pasar desapercibido entre los barceloneses, el pasado día 9 los vecinos del tramo de la calle de Buenos Aires comprendido entre Urgell y Borrell seguro que se dieron por enterados. Y es que no es normal que al caer la tarde se cierre la calle al tráfico y se llene de chinos, de máscaras de leones, de danzas rituales, de demostraciones de artes marciales, de redobles de tambor y del ruido y del humo de la pólvora. O ha estallado la guerra o empieza el nuevo año chino. Afortunadamente era lo segundo. A continuación, el restaurante Shanghai 1930 organizó una cena típica de fin de año -con sopa de aleta de tiburón incluida-, amenizada con un curioso espectáculo de los llamados multiétnicos, a base de canciones de The Beatles, baile flamenco y karaoke chino. El dueño del restaurante, Lam Chuen Soun, iba pasando por las mesas con su mejor sonrisa china para desear a todo el mundo un feliz año y para regalarles un billete que atrajera la fortuna. Todo un detalle que esperemos que funcione.
La ambientación genuinamente china -el restaurante está decorado como el misterioso Shanghai de los años treinta- ayudaba a meterse en el papel, por mucho que el calendario indicara que nuestro Año Nuevo ya quedaba muy atrás. De todos modos, quizá para demostrar que todo es relativo, otro restaurante, el Wok and Bol, de la calle de la Diputació 294, ofrece una segunda oportunidad a los rezagados y despistados, ya que los días 25 y 26 de este mes celebrará la entrada del Año Nuevo chino. "Lo celebramos estos días porque, como la fecha de inicio de año va variando, a veces quedaba demasiado cerca de Navidad y la gente estaba harta de fiestas", comenta Marta Batlle, que desde 1994 lleva este restaurante catalano-chino junto con el cocinero taiwanés Yi-Chung. "El menú no es el tradicional, pero se come mucho y se bebe mucho, como en todas las celebraciones. Yi-Chung piensa cada año unos treinta platos nuevos para la ocasión y algunos los incorporamos después a la carta. Durante la cena ofrecemos, además, una representación no muy larga, con connotaciones con el año que toca, el del Gallo en este caso, pero no estrictamente oriental. Suelen venir muchos actores; el año pasado, por ejemplo, vino Jose Corbacho y armó un buen show".
El Wok and Bol es un restaurante chino diferente, con una decoración que se aleja de la del típico restaurante chino -es decir, sin un exceso de laca roja, jarrones y dragones- y con una apuesta por una comida china casera contaminada de catalana por los muchos años que Yi-Chung lleva en Barcelona. Les va la heterodoxia, hasta el punto de que le pusieron este nombre porque les sonaba a rock and roll y en las paredes hay cuadros firmados por Yi-Chung, a quien le gustaría un día colgar sartenes, woks y cucharas para dedicarse sólo a pintar. Por cierto, Marta y Yi-Chung son pareja; él es Conejo, y ella Tigre. A primera vista, no parece que estos animales tengan que llevarse muy bien, pero más de veinte años de convivencia -y la consolidación de un restaurante original- les avalan. Esperemos que el Año del Gallo les sea propicio.
Para terminar esta inmersión en el Nuevo Año, una curiosidad maliciosa. En inglés, Año del Gallo puede traducirse como year of the cock o como year of the rooster; lo de rooster es más habitual, ya que cock puede significar, además de gallo, una palabra que designa el miembro viril. O sea, polla. Por ello a la asociación pacifista Masturbate for Peace, cuyo nombre lo indica todo, le ha dado por celebrar el Año del Gallo como si fuera algo muy suyo. En su página web se lee: "El Año Nuevo chino se celebra tradicionalmente con fuegos artificiales, pero nosotros podemos lanzar nuestros propios fuegos artificiales masturbándonos para la paz, la prosperidad y la felicidad en este nuevo año". Son maneras de verlo y de vivirlo.
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