Antena de telefonía móvil

Leo en la prensa la intención de instalar una antena de telefonía móvil junto al CEIP Jesús María, de Jaén, y pienso en los casos concretos de Murcia, Valladolid, el Levante español o en Móstoles (Madrid) en los que la oposición y protestas de los vecinos contra estas instalaciones y su relación con el aumento de cáncer en la zona han ocupado unos días la prensa y otros medios de comunicación. Uno consulta en Internet, por citar sólo un ejemplo, la revista de la Asociación de Estudios Geobiológicos GEA (www.gea-es.org) y no puede por menos que inquietarse ante la lectura de los distintos informes científicos, artículos, conferencias, comentarios, incluso decisiones judiciales tomadas que corroboran cada vez más el peligro directo de la presencia de las antenas para la población. Por citar un dato, la Butler Pennsylvania Council ya concluyó que era necesario mantener una distancia de protección de más de medio kilómetro entre las antenas y las habitaciones, escuelas... (¡Y aquí se pretende instalar a 50 metros del colegio!).

Las empresas de telefonía móvil afirman desde hace muchos años, de forma pausada y repetitiva, que se ha de mantener la espera hasta el año 2006, en que la OMS publicará su informe mundial sobre el cáncer. ¿Comenzará entonces un control imperioso con respecto a la instalación de estos artilugios? ¿Continuarán las comunidades de propietarios decidiendo sobre su colocación? Mientras tanto, miles de familias han estado y están expuestas a la influencia perniciosa de las antenas y eso está ocurriendo también en Jaén. Innumerables viviendas del centro viven hoy bajo su influencia dañosa sin control alguno y nadie hace nada.

Y cómo es posible que un colegio tenga que hacer frente a esta circunstancia, teniendo en cuenta que los niños son los más vulnerables a las radiaciones. La comunidad educativa, el poder político, los vecinos del barrio de San Ildefonso, de la calle Adarves Bajos y alrededores han de manifestar su absoluto rechazo a este atentado contra la salud pública.

Además, la comunidad de propietarios del número 35 de la citada calle tiene que saber que la decisión de instalar la antena puede considerarse lesiva para sus propios intereses por varios motivos: devaluación del valor de la vivienda, riesgos para la salud, daños morales, exigencia de responsabilidades a terceros, etc.