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Europa sólo generó el 4% del nuevo empleo el año pasado

La OIT señala que el crecimiento no se traduce en puestos de trabajo

Lucía Abellán

La participación de Europa y Asia central en la creación de empleo se limitó al 4% en 2004. Ése es el dato más relevante del último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre tendencias del empleo, presentado ayer en Budapest (Hungría). El documento destaca la necesidad de aumentar el volumen global de empleo, tanto en Europa como en el resto del mundo, y lamenta que el crecimiento económico no se haya traducido en puestos de trabajo: mientras la economía ha avanzado un 3,5% el pasado año, el trabajo sólo lo hizo un escaso 0,5%.

Europa no pudo exhibir una evolución satisfactoria del empleo durante el año pasado. El volumen global de puestos de trabajo creados en el continente y en Asia central (incluidos países como Turquía, Israel y Rusia) creció sólo el 2%. Los puestos de trabajo creados en esta zona supusieron sólo un 4% de los creados en todo el mundo. La tasa de ocupación permanece estancada en el 51% de la población activa.

Estos datos forman parte un análisis europeo incluido en el informe anual de la OIT Tendencias globales del empleo. El documento, presentado ayer en Budapest con motivo de la cumbre regional que celebra esta semana la agencia de la ONU para el empleo, muestra otras cifras poco alentadoras. Aunque en Europa el paro registró la primera reducción anual desde 2001, la variación fue mínima (una décima), hasta situarse en el 8,6% de la población activa.

El encuentro europeo de la OIT, que se celebra cada cuatro años, reunirá esta semana en Budapest a representantes de Gobiernos, empresarios y sindicatos de casi 50 países de Europa y Asia central.

En el mundo, los resultados también fueron tímidos: el desempleo descendió dos décimas, hasta el 6,1% de la población activa, aunque la organización insiste en que es necesario mejorar las condiciones de trabajo y no sólo las grandes cifras globales.

Principales problemas

Para la OIT, el principal problema es la falta de conexión entre el crecimiento económico y el empleo. Mientras el producto interior bruto (PIB) europeo avanzó un 3,5% en 2004, la creación de empleo se limitó a un magro 0,5%. "Si no nos esforzamos en este aspecto, se resentirá el crecimiento económico en el futuro", advirtió Dorotea Schmidt, economista y una de las autoras del documento. Para el director general de la organización, Juan Somavía, los motivos son claros: "El proceso de globalización se ha centrado mucho en lo económico y observa el trabajo en términos de costes de producción. Pero los trabajadores no deberían ser considerados como mercancías", dijo.

Paradójicamente, y frente a la tendencia general de poner el acento en la productividad, los cálculos de la OIT no advierten problemas en este terreno. Es, a juicio de sus expertos, "el único aspecto laboral que ha experimentado una considerable mejora en los últimos 10 años", especialmente en Europa del Este y central, así como en Israel y Turquía. "Las economías que logran combinar los dos elementos, aumento del empleo y de la productividad, son las que obtienen un crecimiento económico sostenido", resaltó Dorotea Schmidt.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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