Montilla enmienda al ministro Sevilla por inmiscuirse en la reforma del Estatut
Zapatero y el PSC consideran que no es el momento de que el Gobierno opine
El primer secretario de los socialistas catalanes y ministro de Industria, José Montilla, se esforzó ayer en lanzar un mensaje tranquilizador al Gobierno catalán mostrando su más firme convencimiento de que "José Luis Rodríguez Zapatero mantendrá su compromiso de aceptar la reforma del Estatuto catalán que el Parlamento apruebe por amplio consenso" y declaró: "No es el momento de que el Gobierno opine". Con estas palabras enmendaba al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que había puesto serias limitaciones a la reforma estatutaria.
Montilla intentó durante la reunión de la ejecutiva del PSC de ayer atajar la polémica por los continuos mensajes procedentes del Gobierno central en el sentido de limitar las reformas estatutarias para evitar cambiar leyes orgánicas y para acotar el alcance del nuevo sistema de financiación autonómica.
En la rueda de prensa posterior a la ejecutiva de su partido, el primer secretario de los socialistas catalanes insistió en que "el Gobierno de España no ha cambiado de posición sobre la reforma del Estatut" y, sin citarlo, enmendó al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. "Ahora es momento de que trabaje y hable el Parlament, no el Gobierno central", afirmó. Y añadió: "Parece que algunos necesitan hablar cada día".
Pero no todos los miembros del Ejecutivo guardaron silencio sobre este tema en la jornada de ayer, empezando por el presidente. Rodríguez Zapatero afirmaba, horas antes de las palabras de Montilla, que hablar ahora de cambios en el modelo de financiación es "un debate prematuro" y que, cuando éste se abra, "se hará entre todos", evitando así una negociación bilateral entre el Gobierno central y la Generalitat. En declaraciones a Punto Radio, Rodríguez Zapatero quiso, sin embargo, revalidar su compromiso de aprobar el nuevo Estatut antes de finalizar esta legislatura. Reveló también que el pasado fin de semana habló por teléfono con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, sin que esto signifique, según él, que haya comenzado la fase de diálogo entre ambos gobiernos para abordar la reforma estatutaria.
Fuentes del Departamento de Presidencia precisaron a este diario que la conversación entre Maragall y Zapatero se produjo el sábado, un día antes de la publicación del contenido de la entrevista que celebraron el presidente Maragall y el ministro Sevilla la semana pasada en Barcelona. En esta reunión Sevilla expuso a Maragall las condiciones para que el Gobierno pueda aceptar la reforma del Estatut.
El resto de los partidos catalanes, excepto el PP, mantuvieron una posición de firmeza ante lo que consideran una clara injerencia del Gobierno central en la redacción del borrador del Estatut, texto que debe estar finalizado antes de Semana Santa. El jefe de la oposición, Artur Mas, afirmó que Cataluña no se conformará con las "migajas" que pudiera dejarle una eventual intervención de Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, en la redacción del texto estatutario.
El secretario general de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, lamentó la postura del ministro Sevilla, que en su opinión "trata de frenar el Estatut desde Cataluña". Puigcercós, sin embargo, restó importancia a la polémica de los últimos días afirmando que, las advertencias de Sevilla "forman parte del guión". Iniciativa per Catalunya, por su parte, presentó ayer una batería de preguntas en el Senado con el objetivo de que el Gobierno "aclare si continúa manteniendo sus compromisos".
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