Nihat desmonta al Racing

Llovía a cántaros en El Sardinero y en sólo 11 minutos el Racing recibió otro chaparrón, de goles, que le dejó tieso toda la tarde. Aramburu, primero, y Nihat, después, desmontaron al equipo santanderino, una hermanita de la caridad en la defensa. El delantero turco celebró sus 100 partidos en la Liga con sus goles 50 y 51 en el campeonato, una cifra esculpida a golpe de velocidad. Su rapidez sobre un césped mojado y las lagunas en la retaguardia del Racing dejaron el encuentro visto para sentencia al poco de iniciarse. Cada llegada de la Real era una amenaza para el conjunto cántabro, tan perdido sin el balón como con él, incapaz de darle una salida limpia por cualquier costado del campo.

Con dos goles en el zurrón, el equipo donostiarra se resguardó en su área a la espera de más noticias de Nihat. La pelea del Racing con la pelota le auguraba una tarde tranquila. Los dos tantos pesaron mucho en el equipo santanderino, hundido anímicamente por más que debutara Nando Yosu en el banquillo en lugar de Lucas Alcaraz. Mientras el club escucha los cantos de sirena de un grupo mexicano para controlarlo, el equipo se hunde en la tabla sin nada a lo que agarrarse. No funcionaron los balonazos a las bandas ni la lucha en solitario de Aganzo, muy perdido. Javi Guerrero erró dos ocasiones de oro y, en plena caída, la Real estampó el 0-3 en otra acción relampagueante. Nihat, quién si no, aprovechó el agujero defensivo.

El encuentro se vistió de correcalles en el segundo tiempo, en el que los dos equipos le dieron la espalda al centro del campo. El Racing, porque no tenía tiempo que perder. La Real, porque se encontró un desierto ante sus ojos y se precipitó sin orden al ataque. Un par de pases largos le bastaban para plantarse frente a Aouate. Ante el portero, sin embargo, a la Real se le nubló la vista. Bajo una tromba de agua, el Racing agotó sus tres cambios y se animó con el tanto de cabeza de Anderson.

Se envalentonó el Racing y retrocedió la Real, asustada por la embestida. El equipo de José Mari Amorrortu no necesitaba ni siquiera atacar. Le bastaba con mantener el balón en sus botas para destemplar al Racing. Falló en su estrategia. En su búsqueda por marcar el cuarto gol, regaló el balón y permitió la reacción del Racing, que a punto estuvo de conseguir el segundo tanto. Suerte para la Real, que conservaba su amplia ventaja para celebrar su primera victoria del año.