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Reportaje:

Los rincones urbanos de san Valentín

Una guía, escrita por la periodista Amelia Castilla, descubre '100 lugares en Madrid donde decir te quiero'

Rosa Rivas

"Vamos siempre tan deprisa que percibimos la ciudad en ráfagas, pero hay que verla como la ven los turistas y los niños, con calma y con curiosidad, porque así descubres cosas y las disfrutas. Ese ejercicio lo tuve que hacer yo para escribir este libro", asegura la periodista Amelia Castilla, que acaba de publicar 100 lugares en Madrid donde decir 'te quiero' (Editorial Planeta), una guía muy propia para la famosa fiesta del 14 de febrero.

"Pensaba que lo de san Valentín era un invento comercial, pero he descubierto la historia y los ritos que hay detrás", dice Castilla, que introduce a los lectores descreídos en el origen de esta celebración, a la que da nombre un obispo decapitado por el emperador romano Claudio II por casar en secreto a los jóvenes en edad de ir al ejército.

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En el Madrid del siglo XXI, los rincones valentinescos son infinitos. "Hay que echarle imaginación a la hora del cortejo. La puesta en escena es muy importante", comenta la autora.

No sólo un restaurante de ambiente íntimo vale para una declaración de amor. Se puede conquistar comprando ropa o libros, se puede enamorar paseando por calles recoletas o perdidos entre la masa, admirando obras de arte en un museo, compartiendo copas en un garito musical o disfrutando de la puesta del sol en un parque...

Zonas y barrios

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Por ello, paisajes urbanos, restaurantes, lugares de copas y cafés, tiendas, museos, hoteles y centros de cultura activa son los apartados que estructuran el libro, que incluye un índice por zonas y barrios. La selección de espacios -para distintas generaciones y distintos bolsillos- responde a una voluntad de alejarse de los circuitos comerciales y nace de las sensaciones de la autora, cada vez más enamorada de los parques: Retiro, Fuente del Berro, Quinta de los Molinos (que a la paseante le recuerda El jardín de los Finzi Contini)...

"Es un libro absolutamente subjetivo", confiesa, y se identifica con con el lema que cuelga en una pancarta en el estadio del Atlético de Madrid: "El gato no nace, se hace". Ella se hizo gata olfateando el territorio.

Actualmente redactora de cultura en EL PAÍS, en sus comienzos profesionales se curtió como reportera de información local. "Conocía lo bueno y lo malo de Madrid, llegaba a sitios que como ciudadana no iba", afirma. En uno de esos recorridos descubrió las vistas de las llamadas tetillas de Vallecas: un parque "para los amantes del maravilloso cielo de Madrid, y donde la vista alcanza a distinguir las Torres de Colón, la Torre Picasso, las Torres Kio o el edificio España".

"Apuesto por el reportaje, es mi género preferido", dice Castilla, que firmó en 2002 otro ejemplo de reporterismo literario: Memoria de un colegio. Estilo, una experiencia de educación en libertad, sobre la escuela fundada en Madrid por Josefina Aldecoa. En su nuevo libro, no sólo opina sobre los espacios escogidos, aporta datos útiles y repasa la historia del lugar. También hay crítica: los lectores quedan advertidos, por ejemplo, si en un local vanguardista sirven comida ramplona. "Es un libro útil para los visitantes, pero también para que los madrileños no se olviden de los encantos de su ciudad", explica.

"En la España de las autonomías, Madrid ha encontrado su sitio. Es una ciudad tolerante y sorprendente, cada vez con más mezclas y más cosmopolita", opina la escritora de la guía. "En el terreno gastronómico hemos dado un salto impresionante. No dejan de abrirse restaurantes, con comida excelente y diseños alucinantes, algo que antes sólo se encontraba en Nueva York, París o Londres. También hay un montón de tiendas nuevas, desde las más atrevidas y baratas a las más clásicas y lujosas".

En ese boom de sabores y propuestas reside una efervescencia comparable con los inquietos años de la movida, que la periodista conoce bien. Referencias cinematográficas y musicales de esa época salpican sus paisajes urbanos, como el edificio Capitol o El Pentagrama, pero sin nostalgias: "Madrid ya no me mata, porque sé dosificarme".

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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