HOLANDA. Temor al plan español

RITA VERDONK, ministra holandesa de Inmigración, fue la primera en mostrar su contrariedad ante la legalización en masa de inmigrantes irregulares aprobada por el Gobierno español. En una reunión ministerial organizada la pasada semana en Luxemburgo por la presidencia de turno de la UE, pidió que decisiones de esta magnitud fueran antes discutidas en el seno comunitario. Verdonk teme dos cosas: que los sin papeles llamen también a las puertas de otros países pensando que se trata de una amnistía a escala europea, y la posible llegada de los que logren regularizar su situación en España. Pero sobre todo lamenta que planes de esta índole devalúen esfuerzos por reducir el flujo de inmigrantes como el observado hoy en Holanda.

Con 16 millones de habitantes, en el país hay en este momento entre 125.000 y 250.000 inmigrantes ilegales. Unos 90.000 tienen la documentación en regla y se consideran residentes legales. Según el Ministerio de Justicia, la firmeza con que son rechazados, y repatriados, los que han agotado todos los recursos para quedarse ha reducido el censo de la inmigración. Así, si en 2000 hubo 40.000 peticiones de asilo (desde el político al familiar o económico), el año pasado sólo se contabilizaron 10.000. "Las leyes restrictivas funcionan y suavizan el efecto llamada de forma visible. Por eso el departamento de Inmigración sostiene que sería mejor armonizar estas decisiones en la UE", señalan sus portavoces.

A Verdonk le preocupa especialmente que los inmigrantes legalizados en España empiecen a viajar por el resto de la UE en cuanto su documentación les permita solicitar trabajo en otro país. Su departamento tramita aún la expulsión de 26.000 inmigrantes ilegales, algunos asentados en Holanda desde hace 15 años.

A la ministra, que vio cómo su popularidad caía en picado cuando anunció las repatriaciones, esfuerzos como éste le sirven para avisar a posibles inmigrantes de lo difícil que les será vivir en Holanda.