El juicio a 33 acusados de Jarrai-Haika arranca pese a las maniobras dilatorias de los defensores

El juicio de 33 jóvenes acusados de pertenencia a las organizaciones juveniles radicales Jarrai-Haika-Segi, ilegalizadas como parte del entramado de ETA y a las que se relaciona con la violencia callejera o kale borroka, arrancó finalmente en la tarde de ayer tras más de dos horas de maniobras de las defensas para intentar aplazarlo, entre las que se contaron incluso la presentación de una querella contra dos integrantes del tribunal y una batería de protestas por los defectos de sonido, el calor del habitáculo de la sala antiterrorista e incluso por la presencia de una cámara de RTVE que recogía imágenes del proceso.

A la sesión de ayer asistió,entre el público, el observador enviado por el Gobierno Vasco, Abel López de Aguileta, director de Estudios y Régimen Jurídico del Departamento de Justicia. El observador declinó hacer declaraciones alegando que tenía que presentar previamente un informe al consejero de Justicia, aunque reconoció que es la primera vez que asiste a un juicio por terrorismo en la Audiencia Nacional.

Con dos horas de retraso, los 23 acusados presos ocuparon el habitáculo de cristal blindado, en tanto la decena restante se sentó frente al tribunal portando camisetas rojas alusivas al proceso.

A partir de ese momento, cada intento del presidente del tribunal por iniciar el interrogatorio del primer acusado se vio sucesivamente interrumpido por los defensores, planteando cada uno una cuestión distinta. La más aparente fue la petición al presidente y al magistrado Carlos Ollero de que se abstuviesen de iniciar el juicio porque el jueves se había presentado contra ellos una querella en el Tribunal Supremo por supuesta prevaricación e impedimento del ejercicio de derechos cívicos. El fiscal se opuso a las peticiones de las defensas y las calificó de "inconsistentes", "fraudulentas" y "de mala fe".

Al cabo de dos horas de interrupciones, el presidente Félix Alfonso Guevara cortó al letrado Endika Zulueta y, visiblemente irritado, le espetó: "Se terminaron las alegaciones, se me ha terminado la paciencia. He tenido bastante paciencia durante dos horas, en las que el tribunal ha estado escuchando cuestiones previas que no son previas".

Después, ya a gritos, siguió: "Y mientras esté hablando no me interrumpe nadie salvo fuerzas de orden público diciendo que hay una amenaza de bomba y que nos tenemos que ir. Y a lo mejor estoy dando pistas", agregó. "He tenido que aguantar que durante dos horas se estuviera dirigiendo el juicio y ahora voy a ejercer mi función", concluyó Gavera, que declaró abierto el proceso para suspenderlo a continuación hasta las cuatro de la tarde.

El fiscal Enrique Molina pide 14 años de cárcel para los acusados de integración en organización terrorista y 10 para los acusados de colaboración con ETA. La acusación popular, representada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, les imputa además de un delito de genocidio. El acusado Asier Tapia, para el que se piden 111 años de prisión, permanece en situación de busca y captura.

En la sesión de tarde, los seis primeros acusados negaron haber sido miembros de Jarrai o de Haika, aunque admitieron haber conocido a integrantes de esas organizaciones, ninguno de los cuales les indujo, según dijeron, a participar en actos de kale borroka. Los acusados, que se negaron a responder al fiscal y a la acusación, negaron también tener relación con ETA.