Pacifismo, sexo, bohemia

Narradora, ensayista, periodista, la uruguaya Cristina Peri Rossi (1941), que vive exilada en España desde hace casi treinta años, es ante todo poeta. Autora de numerosos libros de poesía, algunos premiados como Babel bárbara en 1992, sigue uno teniendo la sensación de que a Peri Rossi (sin duda conocida del público lector) le falta sin embargo reconocimiento, y ello no se debe hoy, en absoluto, a que haya nacido al otro lado del Atlántico.

Cristina Peri Rossi -si cree

mos a la protagonista de muchos de sus libros, que no ocultan un relente biográfico- es una mujer que ama vivir, que se enamora y se pierde en el juego o en la noche (en este nuevo libro se habla de "una adicta a la intensidad") y en ese camino nos imaginamos mal a la autora convertida en algo tan a la moda -y tan feo- como el ejecutivo de la literatura. El escritor que vive para escalar posiciones, premios y tribunas, y no para escribir o para vivir. La literatura de academia contra la literatura de bohemia, por utilizar rótulos muy clásicos. Vitalista y enamorada, la pasión literaria de Peri Rossi es asimismo una inexcusable pasión de vida.

De otro lado -y también ello es bien visible en Estrategias del deseo- Peri Rossi escribe poesía de un modo tan eficaz como sencillo. Apasionados y fáciles (escritos como un monólogo encendido), Cristina escribe con el ideal del "escribo como hablo" (Juan de Valdés) o según ese dictum clásico que mencionaba "la difícil facilidad". Un estilo coloquial que no es precisamente sinónimo de descuido, pero ante el que algunos críticos dudan todavía, como si el coloquialismo no fuera otro sabio modo de retórica: "Me he fumado todos los cigarrillos de este mundo / llené mis pulmones de nicotina y alquitrán / de monóxido de carbono y de tabaco. (...

) Me fumé las noches y los orgasmos / las ganas de vivir y de morirme / me fumé las flores de los tilos / y las pestañas de una rubia / la humedad de una vagina / y la crueldad del anochecer". ¿Tendrá esto que ver con la relativa falta de reconocimiento -relativa- que yo percibo aún para la obra de Peri Rossi? Si hay otro motivo, levemente apuntado en los versos que anteceden, este libro (uno de los más explícitos sexualmente de su autora) sólo podrá venir a confirmarlo. Porque Estrategias del deseo es un libro de amor y sexo de una mujer con otra mujer, y en esta vía -menos explorada aún que la gay- éste es uno de los libros más evidentes y apasionados que conozco en el panorama hispánico. Erotismo lésbico -"y yo, babeante de tus zumos interiores"- que se mezcla con el amor, conduce al desamor y se cierra -trascendiendo- en una visión de ese erotismo como pacifismo internacionalista en los dos últimos y emblemáticos poemas del libro: Once de septiembre y Madrid, 11 de marzo. Mientras ocurre la tragedia de las Torres Gemelas, la protagonista sólo vive para el sexo intensísimo con su compañera. Pero casi tres años después -cuando los atentados de Madrid- se acabó el amor. El sexo nos cierra del mundo porque la voluptuosidad es paz. Pero la soledad nos devuelve al mundo. ¿Existen las guerras porque los poderosos del orbe desconocen el sexo? ¿Es la guerra una brutal salida de la libido presa contra el puritanismo?

En contra del Poder y a fa

vor de la Vida, Estrategias del deseo es un libro de sexo y amor lésbico, que no desea tapujos. Un libro sabiamente coloquial, que pretende demostrar que la facilidad no es un déficit sino un superávit en la cuenta de la literatura. El libro apasionado de una poeta que abre caminos porque, claramente, está viva.