"Es una oportunidad para un programa espacial europeo"
Valeriano Claros trabaja desde hace casi 30 años para la Agencia Europea del Espacio (ESA) y ha sido testigo privilegiado de cómo se plasmó el sueño de la Europa espacial, la de los satélites de telecomunicaciones y meteorología, las actuales misiones a Marte y Titán, los observatorios astrofísicos en órbita y los cohetes Ariane. Claros cree que la ESA constituye un modelo de investigación y desarrollo para otros sectores, como la electrónica o el transporte, en el camino obligatorio, que recoge la Constitución europea, para hacer de Europa una potencia en I+D.
"Yo no tuve ninguna dificultad con el euro porque estábamos acostumbrados en la ESA a manejar nuestra unidad de cuenta particular", recuerda Claros de su larga experiencia en una institución europea, de la que dice: "Dejas de ser nacional de tu país, hablas un idioma común, no muy bien y con acentos diferentes, pero te entiendes y lo que importa es resolver entre todos los problemas que se plantean. Es un enfoque imprescindible en la Europa que nos viene".
Claros recuerda que en el texto constitucional se establece que Europa debe fomentar iniciativas comunes y apoyar la investigación y el desarrollo tecnológico. Eso significa que "existe ahora una verdadera oportunidad para un programa espacial general y coherente para toda Europa". Hasta ahora los países, aunque sean miembros de la ESA, tienen sus propios programas nacionales espaciales. La idea es que la ESA sea la agencia que lleve a cabo el programa espacial que defina a partir de ahora la Unión.
La Constitución llega cuando ya se ha hecho un largo camino en el campo espacial pero Claros no cree que la idea, en éste u otros campos, sea la de crear nuevos organismos, -al estilo no sólo de la ESA, sino también de otros como el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), el Observatorio Europeo Austral o el Laboratorio Europeo de Biología Molecular- sino que la Unión va a establecer marcos con normas para que se produzca la necesaria cooperación. "Un caso emblemático es el proyecto Galileo", afirma, refiriéndose al programa para desarrollar un sistema de localización y situación por satélite similar al GPS estadounidense. Este programa, que dará a Europa independencia en un sector estratégico, ha tenido que vencer las reticencias de Estados Unidos, pero su financiación, al 50% por la ESA y la Unión Europea, supone el primer ejemplo de cooperación y financiación entre ambas. Un aspecto muy importante es que son las empresas privadas las que lo van a desarrollar, destaca Claros, y este tipo de programas netamente europeos "son una herramienta necesaria para que las empresas sepan a qué atenerse, cooperen sin temer perder mercado y alcancen el nivel de competitividad necesario a escala mundial".
"Con los nuevos países, que están a un nivel más bajo que la mayoría de los Quince, este tipo de programas puede funcionar muy bien para elevar su nivel", explica Claros. Además de Galileo, la UE y la ESA están discutiendo un programa de vigilancia global para el medio ambiente y la seguridad. La participación de la UE en los programas de objetivo fundamentalmente científico no está contemplada a corto plazo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.