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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Canción 'zelestial'

El otro día hubo una fiesta en la Vinya del Senyor: entre copas de vino y cacahuetes Mortadelo y Filemón departían alegremente con Carles Flavià, los tres cerditos se subían a lomo de Gerard Quintana, la Monyos coqueteaba con Oriol Tramvia mientras Blancanieves ofrecía su manzana a Ia Clua y la Pepa Maca rondaba a Jordi Batiste. Los de la Dharma se lo montaban con la Familia Ulises, el Hombre del Saco buscaba niñas malas mientras el Hombre lobo se tomaba un Martini en solitario. King Kong, bastante confundido tras cuatro rondas de oporto, raptaba a Manel Joseph, Xavier Riba proponía la vuelta al mundo a Simbad y el Caganer hacía de las suyas en un rincón. Este jolgorio lo organizó la revista Enderrock para celebrar los 30 años de la canción de Sisa, Qualsevol nit pot sortir el sol. Sisa se lo miraba todo con aquellos ojos un tanto perplejos: en estos momentos su cabeza gira entorno a su último disco, que saldrá el mes de abril, pero dedicó una mañana a rememorar la canción que le catapultó como "músico galáctico".

'Qualsevol nit...' ha tenido 21 versiones de gente como Albert Pla, la Plateria, Sabina y Marc Parrot, además de las del propio Sisa

Hay canciones compuestas en estado de gracia y, para mí, ésta es una. No recuerdo la primera vez que la oí, pero puedo asegurar que cuando la escucho aún me emociona. Y sin estar borracha, porque, como dice Poco Pi, el bajo eléctrico que formaba parte de la banda de Sisa: "Es una canción que llega al estómago de mucha gente. Si te coge al punto antes de la borrachera te hace llorar". Vázquez Montalbán escribía en el Quadern de EL PAÍS, en julio de 2001, que Sisa apuesta por una poética individual: "La precaria afirmación de un yo frágil entre un nosotros insuficiente". Quizá sea esta su gracia, o el hecho de que unos personajes aparentemente inofensivos, o mejor, inexistentes, puedan convertir una canción en subversiva, algo que jodía enormemente a la autoridad reinante en los tiempos de un Franco moribundo (aunque firmando sentencias de muerte) y en el inmediato posfranquismo.

A finales de la década de 1970, no sólo cantábamos Qualsevol nit... a la luz de la luna, en las parties caseras, en el tren, en la cama, en la playa, emporrados o bebidos, enamorados o aguantando la vela del desamor, sino que utilizábamos la letra para nuestra vida más cotidiana. Yo había visto un mural colgado en la puerta de un piso con parte de los personajes que salen en la canción y el "Oh benvinguts. Passeu, passeu"... Cuenta Sisa que la canción salió escribiendo una lista de personajes de ficción. ¿Qué les podía pasar?, pensó. Y se le ocurrió invitarlos a una fiesta. Dice que alguna vez le han pedido que cante la canción de Miki Mouse, cuando, precisamente, este personaje no estuvo invitado a esta fiesta.

Ahora los de Enderrock han editado un número especial y una grabación inédita de Sisa en Zeleste, el otoño de 1975, presentando el disco. Los que le acompañaban -Dolors Palau, Manel Joseph, Xavier Riba, Quino Béjar y Paco Pi- explican en Enderrock lo que significó para ellos Qualsevol nit... Está también la historia de Zeleste, inevitablemente ligada a Sisa y a aquellos tiempos. Joaquim Vilarnau, redactor de la revista, ha encontrado las 21 versiones que gente como Albert Pla, la Plateria, Sabina y Marc Parrot han hecho de la canción, además de las ocho versiones que realizó Sisa. También explica quién es quién de todos los personajes invitados a esta fiesta galáctica. Vilarnau cuenta como la censura prohibió cantar Qualsevol nit... en el Canet Rock de 1975, aunque la organización la puso por megafonía en un escenario vacío y el público empezó a cantarla.

Menos agradable fue en Valencia, cuando la policía los sacó, literalmente, del escenario a mitad de la actuación. Visto así, debemos considerar El setè cel, o Germà aire o Maniquí como canciones subversivas y peligrosas. Ahora las cantan mis hijos, y, no sé si esto le puede gustar a Sisa, pero mi hija de tres años está enamorada de él.

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Vilarnau me cuenta que ya preparan un especial de Ovidi Montlló en una de las publicaciones que editan, Recol.lecció. Está encantado con el premio de la APEC a la mejor publicación nueva en catalán por Jaç. Y el premio Nacional de Cultura 2004 por fomentar el uso del catalán. "No es fácil editar Enderrock", cuenta. "Nosotros no tenemos una editorial poderosa que nos avale. Nos sostenemos de las ventas y la publicidad: de subvenciones, muy pocas".

Me faltaba hablar con Sisa, pero me dijeron que me diría que no porque está grabando. Lo intenté y, ¡oh, magia!, aceptó tomar un café en un bar próximo, al fin y al cabo somos vecinos. El encuentro falló y al final, cuando me llamó, casi tenía escrita la crónica. Lástima. Le hubiera preguntado si Qualsevol nit... es la canción que él hubiera escogido como emblemática de su repertorio. Si no le pesa demasiado y si no está un poco harto de que se la pidan en cada concierto. Claro que Sisa tiene mucha más suerte que Llach y Raimon, porque Qualsevol nit... es infinitamente mejor que el lastre que llevan ellos con L'estaca y Diguem no. Y debe de ser un placer cada vez que la canta. También me hubiera gustado hablar de la afirmación categórica que suelta en Enderrock: "Al Zeleste follàvem més que a Boccacio, no érem tan pijos". En fin... Espero que algún día me lo cuente. Da para otra crónica.

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