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El submarino nuclear 'Sceptre' deja Gibraltar tras su reparación

El submarino nuclear británico Sceptre abandonó ayer a las nueve de la mañana la base naval de Gibraltar, tal como había anunciado el Ministerio de Defensa británico. El sumergible, que llegó a la colonia hace hoy una semana, salió por la bocana del muelle sur del puerto del Peñón, enfilando la bahía de Algeciras, remolcado por dos embarcaciones y escoltado por dos lanchas de la policía gibraltareña. El mismo dispositivo que durante los seis días de estancia en la colonia mantuvieron constantemente vigilado el perímetro establecido por una barrera flotante en torno al Sceptre.

Desde primeras horas de la tarde del martes, los movimientos en South Mole, el muelle sur de la base naval donde estaba atracado el submarino, fueron continuos, ya que la tripulación procedió a la retirada del andamiaje que sirvió para reparar algunas placas de aislamiento del casco y los estabilizadores de la nave. También se hicieron, según fuentes de la Royal Navy en el Peñón, ajustes en la lente del periscopio. Los trabajos concluyeron el mismo martes.

El presidente de la mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar, el socialista Juan Montedeoca, aseguró que "toda la comarca se debe felicitar por la marcha del submarino. Debemos seguir trabajando", añadió, "para que no se repitan este tipo de visitas, que tanta incomodidad provocan entre los habitantes de ambos lados de la verja". Montedeoca pidió que este asunto se aborde en la reunión tripartita que los representantes del Reino Unido, España y Gibraltar celebrarán en Málaga mañana.

El Gobierno español fue avisado con antelación de la llegada del submarino pero hasta el jueves por la tarde, después de que entrara en Gibraltar, no supo que la escala técnica se alargaría debido a una avería en el sistema de refrigeración del motor auxiliar diésel. Esta inesperada noticia provocó una protesta diplomática del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien se mostró más confiado después de que Londres garantizara por escrito que la avería no afectaba al reactor nuclear y que el Sceptre se marcharía el día 9.

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